UNA GUITARRA CON DOS MANOS

UNA GUITARRA CON DOS MANOS
BIOGRAFIA FANTASTICA


Es probable que el paso de los años sensibilicen la agudeza ,por eso me place rescatar de entre las hebras de la memoria momentos gratos, que parecen olvidados y que sin embargo, de pronto afloran como fresca agua de un manantial.

Se trata de noches estivales, de las fiestas , en nuestra latitud orlado por el estío del 24 y 31 de diciembre; allá lejos por 1938, a un año que habíamos llegado de C. de Patagones, mi terruño natal, desde donde me reconozco “maragato” –como los fundadores españoles- los primeros en llegar a esos lares.

Ese verano acompañe a mi Padre y, mientras el trabajaba, yo lo
pasaba con mis padrinos. Dormía en la casa de ellos ; memorizo, entrada la noche, tratando de abrazarme al descanso, sobre la incipiente madrugada, llegaban a mis oidos la musicalidad de la guitarra tanguera y también folcklorica ¿por qué no? con que los lugareños amenizaban el pasaje de aquellas noches hacia la madrugada siguiente.

Eran compases cadenciosos, de profunda dulzura que parecían emanar de la serena oscuridad de una noche limpia, llena de paz, de armonía entre las gentes, bondadosas y humildes, de la tierra que me vio nacer que de día en verano, sabia ser cruzada por vientos permanentes y el sol abrasador , y a la noche requería, sin embargo, el auxilio de una buena cobija.

Ya lo ven, nunca lo he olvidado ni lo podré olvidar es un poco como se recuerdan los afectos entrañables, la madre, el padre, el lugar de nacimiento y, aquellas noches de guitarras fantásticas acariciadas, y mas aun como si ellas mismas tuviesen dos manos con las que se ofrecieran al ejecutante embebido por los efluvios de la música que mientras nos atrapa en sus acordes acaricia nuestras almas envolviéndolas con el perfume de la mas pura emoción.

Y como dice la cueca “dos puntas tiene el camino y en las dos alguien me espera”, de pronto anoche, era el cumpleaños de mi amadísima nieta Corina 24 rutilantes años además de la sangre nos unen muchas cosas que hicimos, separadamente y que nos identifican por ejemplo Química . Ella además es actriz, entretanto el abuelo quedo en un incipiente ensayo en la tablas tardíamente comenzado .

Pero vayamos a lo bueno, nos hizo oír algunas grabaciones de música ciudadana como Chiquilin de Bachin, Tinta roja y Los Mareados acompañada por una guitarra, de esas que parecen de concierto, y ella que estudia canto, baile y que merece , por su empeño, el mejor de los destinos, enmarcada en una tarea de trabajo sostenido, en Aguas Argentinas , que evidencian su fibra y su lucha por emerger, en un marco desfavorable ,como el que nos toca vivir, desbordando ahínco y obstinaciòn.

Mientras escuchaba las interpretaciones cerraba los ojos para concen- trarme mejor y era un hallazgo comprobar la integraciòn de la finura y educaciòn erudita de su voz, que para mi, despojándome de los lazos afectivos, eran sencillamente conmovedoras y que , otra vez, esta guitarra, me transportaba, como salvando las distancias, lo hacia la alfombra màgica de las peliculas de aventuras como “El Ladron de Bagdad” con Aladino y yo ahora volando sobre las notas de un pentagrama que por si solo no puede accionar sino lo ejecutan las manos hábiles del que, acariciando la guitarra la hace vivir y la entonaciòn de una voz, como la de Corina, con todos los matices que la hacen admirable.¡Ojalá tenga la suerte que se merece!.Entretanto que quede entre nosotros la atracciòn envolvente e indisimulable que supone una armoniosa guitarra enrraizada en lo profundo de nuestro ser.


Nota: pensando en Corinita