RELAJADOS

RELAJADOS

Todo es tan mutante, digo...la vida, las personas, las circunstancias... la naturaleza humana, asimismo en el tema vacaciones, por ejemplo hay variedades para optar: sierras, mares, montañas, cruceros, cuya variedad nos atrae ante ese abanico de paseos tan esperados.

Así es que Diego y Corina no experimentaban solos, a menudo, sino que salían en grupos familiares o con amigos, o simplemente compartiendo por años, las mismas playas, reiteradas de ese mismo balneario para reunirse con sus amigos “estivales”.

Allí se solazaban con charlas y comentarios de diversos matices, mientras se entretenían con ping-pong, truco, tejo, dados o dominó. Sabían almorzar en la playa entre amigos y salir –por las noches- al cine o a cenar.

Pero aquél año fue atípico, debido a razones de salud económica del bolsillo, amenazado como casi todos por esta suerte de crisis generalizada.

Este viaje lo hacían en esos buses enormes, llenos de comodidades, y allí él le comentó a Corina:

- ¡Mirá, le dijo!. Venimos con el cansancio acumulado, esta modernidad no solo te fatiga físicamente sino que te obnubila intelectualmente por lo que te propongo que con tino no tratemos de andar estos días aquilatando excesos, tomemos el tiempo ahora nosotros y no que seamos tomados por el para no llegar al día de volver mas cansados que lo que llegamos.-

¡Si!, claro le dijo ella mirándolo a los ojos con la ternura de la comprensión de verse . contenida.-

Todos nos ingeniamos, en estas oportunidades, ellos también, eligieron su “Tiempo Compartido”, que los catapultó al Hostal Del Sol, un precioso emprendimiento torre de 15 pisos, en San Bernardo..

Llegaron a horario tras un viaje placentero, se ubicaron es un espectacular y amplio departamento del 5° Piso, con vista al majestuoso Océano Atlántico.

Recién arribados, esa noche acertaron al ir a un restaurante, de esos raros, que siempre hay, con comidas caseras, atendidos por sus propios dueños, que te hacen recordar a “Argentina año verde”.

-¡Bingo exclamó Corina!
-¡No! le espeto enseguida Diego... ¡al Bingo no!.....ya sabes que no disponemos de fondos para ello. ¿Eh?.
-¡No querido! -dijo Corina- no es eso, es que celebro no tener que dedicarme a la cocina, y complaciéndote en tu recomendación de resguardarme de tareas.
_¡Si! -certificó Diego- ya que trajinas tanto todo el año en tus labores en el Teatro, mereces la tranquilidad para recuperarte.
Por si todo fuera poco el Establecimiento contaba con un regio Restaurante en el piso 15, frente al mar, Salón Desayunador en Planta Baja, y en el citado piso 15 pero con vista al bosque una amplia confitería.

Las mañanas, tempranito, tras un desayuno ligero, caminaban –lo que nunca- por la playa, en esta época hay mucho menos gente, el tiempo se asocio todos días de esplendida luminosidad. Teníamos una carpa cómoda, café en la playa con Salón para almorzar..

Hacíamos un paréntesis para cruzar y dormir una corta siesta, a las 15 teníamos Acqua.Gym en la pileta, con la simpática profesora Fernanda, y Corina a las 19 y 30 tomaba clase de Yoga.. Después de la cena a elección: en el Hostal o en algún local del ramo externo, depende de la hora, nos disipábamos con una película o jugábamos naipes o buraco.

Cuando volvíamos, en el viaje de regreso, preocupados por si el Bus tropezaba con algún corte de ruta, de esos que intranquilizan al país entero, y que no le hallan solución,-pues las diferencias políticas no se dirimen en la rutas, sino en las urnas- pero que por suerte no se verifico en nuestro itinerario, de pronto como comprendí que no estaba a mi alcance superarlo, me di cuenta que había algo subyacente que me turbaba y recalé en la clase de Acqua Gym, en un momento, al final de los 45’ de duración la profesora Fernanda nos pedía relajarnos sustentados en el flotador de telgopor, llega un instante, haciendo “la plancha” que es ese preciso momento en que uno está flotando, donde te sentís trasportado, como si estuvieras en el espacio, sobre una alfombra mágica. Quiero decir.... no sabes donde estas y cuando Fernanda nos dice:

-Bueno ahora despacito vuelvan tranquilamente a ponerse de pie, y uno todavía frisando los 40 años es muy joven piensa:”¿falta mucho para las próximas vacaciones?”. Simultáneamente siente que Luzbelito de está deslizando al oído: Bueno....bueno....: ¡para vivir así....mejor seguir viviendo!..... ¿Verdad?.-


JFA 25 de marzo de 2009.-