jueves, 5 de marzo de 2009

NO PUDO SER

NO PUDO SER

Un hombre asomado a una ventana inexistente



Buceando en mis recuerdos para relacionarlos, de alguna manera, con las vivencias que transcurro
donde me circundan la venalidad, la corrupción y la mas supina injusticia que desde luego el ser humano estima no merecer.
Por ello quiero, de alguna forma, con mi fantasía pensar que en mis años mozos hubiera querido ser
un hábil jugador del popularisimo deporte llamado fútbol donde hoy se habla de fortunas en las arcas de las estrellas del
balón pie.
En mi caso enraizado con los colores de Independiente, circulando en mis venas, ¿qué no hubiera pagado? Por
vestir aquella divisa..
Pero no pudo ser
Asimismo, salvando las distancias, por aquello de que los Argentinos somos románticos, melodramáticos y can-
yengues, enamorados de los efluvios que emanan de sus sones en un bandoneón o de un violín de ensueño o de las notas
sentidas del teclado, admirador del "SEÑOR DEL TANGO" , aquel bahiense inolvidable que se llamaba Carlos Di Sarli
cuanto hubiera ofrecido por tener rudimentos para ocupar el lugar de Alberto Podesta o Roberto Rufino, que me
emocionaban hasta las lagrimas.
Pero no pudo ser
Aun me siento
un hombre asomado a esa ventana inexistente
desde la que quisiera divisar la prometedora
grandeza de nuestra Nación que desde los albores de la Argentinidad amenazaba con asombrar al Mundo.
Los lideres aparecieron y se derrumbaron, muy pocos aguantaron los avatares que propone el tiempo y la
ingratitud ciudadana, luego nos invadieron, hasta hoy, los venales, los caraduras, entretanto algunos pocos, como siempre,
impetrábamos a la providencia o a los conocimientos universales la capacidad, y porque no, la lucidez para poder
brindarnos al país y a nuestros semejantes … PERO ESE ANHELO
TAMPOCO PUDO SER
Creo que para ser bien recordado el hombre solo puede dejar a su paso obras buenas.
Sin embargo quiero recoger, parafraseando la poesía de mi compañera María Emilia, que nadie puede privarnos
de que nuestro corazón resulte mas acelerado en la utopía de percibir una golondrina aleteando en su interior.

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