"APARICIO : CRISIS EN EL ANONIMO COLECTIVO"

"APARICIO : CRISIS EN EL ANONIMO COLECTIVO"


Inventar un personaje y hacerlo crecer en el relato de acuerdo con
los siguientes parámetros:

1-Cronologico: un niño se convierte en adulto
2-Linguistico: empezar con frases cortas y alargarlas gradualmente a medida que avanza el relato
3-Fantastico: el personaje crece horizontalmente
4-Psicologico: el personaje crece interiormente

I

El enfoque me atrae como un torbellino, aquel que se origina en ese remolino, que lo absorbe todo, aturdiéndolo,
ese es el instante del cual renacer extrayendo la luz que aclare conceptos.Se decía Aparicio y continuaba…
No voy a soslayar la influencia de Freud cuando establece la complicidad del intelecto, de aquel que ha perdido
sus ansias de vivir, y consecuentemente se asocia a su suicidio.
Tampoco quiero olvidar la pelea que existe entre la vida y la muerte donde se evidencia la seguridad de esta
ultima en vencer al punto que nos da una vida de ventaja.
Pero abandonemos los introitos para desleir los vericuetos de la mente humana mediante la cual crecemos o nos
detenemos interiormente. Se decidió Aparicio.
Si hablamos de crecimiento psicológico nos remitiremos a aristas que se tocan involucrando en parte a la filosofía,
que se entronca con el alma humana, las facultades mentales, y por extensión llegaremos a las facetas del campo del espíritu.
Recordó que
hay en estos dias, en cartelera, un film titulado Revelaciones que bucea en el extenso territorio de la mente, aquella
que obnuvilada por un avatar, una negación interior o porque no un accidente traumático trastorna el orden y el sentido de los
recuerdos del cassette de la memoria que quedan, momentáneamente, mezclados en un marasmo de confusión.
Esta dispersión, poco a poco, se ira diluyendo para dar paso a la clarificación de los hechos.
En su interior, el actor que lo provoca (Harrison Ford) en el film, vive en las profundidades de su intelecto
situaciones de inenarrable angustia que transfiere al otro ser -al que ama, Michelle Pfeiffer- provocando en ella la aparición
de fantasmas en demenciales escenas.
De alguna manera, esos seres de ficción -que eventualmente podrían ser emergentes de casos reales-
desatan exabruptos en sus conciencias y mientras los logran dominar continúan viviendo una pesadilla que solo se detiene con
el fin de la vida de quien la desencadeno. Y así debe ser, sentencio Aparicio.
En esta emergencia no se trata de un caso de conciencia, porque en el protagonista no la había sino que tenia
la certeza de llegar a sus empeños a costa de los peores perfiles del alma humana, por suerte la verdad se impone, y la muerte,
aquella que nos da una vida de ventaja, se cobra irremisiblemente el crédito que nos había otorgado. Y ¡Oh paradoja!
SE HACE JUSTICIA.
Quiero decir que finalmente el juez insobornable, la verdad nos persigue hasta que la solución aceptable salga
a flote. Así se diploma nuestro crecimiento psicológico como positivo.

II

Al margen de todo lo expuesto (I), ¿cuáles son las otras verdades que van quedando al descubierto en la
bajamar de nuestras existencias?. Se inquiría Aparicio.
Pues bien, no nos extrañaremos si descubrimos que hemos estado aferrados a los valores materiales, aquellos
que invariablemente se quedaran aquí tras nuestro ultimo viaje.
Y… que en determinado momento ninguna fortuna podrá comprar la reparación de la salud afectada por un
mal terminal.
Le dimos importancia a vanalidades tales como codearnos con la opulencia y sus exponentes dejando de lado
amistades invalorables y que por eso mismo perduraran cuando la realidad desenmascare a los oropeles de la vanidad inconducente.
Que muchas veces nos reímos de los conocimientos y consejos, que son como aquel aviso, sobre la velocidad que
reitera la TV: "¿cinturón de seguridad, en la ciudad, para que? Y se escucha el estruendo del choque.
Así salvando las distancias la experiencia de una vida bien aprendida nos darán la excelencia necesaria para
sortear escollos que otros que despreciaron la sabiduría jamas verán. Todo esto no es excluyente pero las razones de espacio
nos dictan cerrar el capitulo de este ensayo.
Y OJO, el cerebro nos fue dado para pensar. No lo dejemos herrumbrar… era la sesuda reflexión de Aparicio.

III

A continuación elucubraba: es la inconducta emanada de la perversidad de la "Condición Humana"
la que desencadena los trastornos, colisiones y desinteligencias con nuestros semejantes que llegan a fatigar las
condiciones del mutuo entendimiento.
Solo así es posible colegir como una pareja de esposos amantes, excelentes padres, de pronto se transforman
en encarnizados enemigos llevados por la mano de un demonio que habita en sus interiores.
Cuantos casos hemos conocido en que hijos de buen nivel económico desatienden a sus ancianos padres de
los que todo lo recibieron, y para ejemplarizarlo la ley de la vida tiene dichos muy sabios que es conveniente tener presente:
"Hijo fuiste, Padre serás, lo que has hecho te harán". Allí Aparicio se sintió reconciliado.
Por eso, dijo, cuando llega el momento en que sentimos una superación que intenta abrir los portales de la mayor
sensibilidad es inevitable que nos preguntemos: ¿qué es morir? . ¿Es quedar definitivamente suspendido de las actividades de la
vida, o es un paso trascendente al mas allá,donde disfrutaremos, de alguna forma de una continuidad distinta de "otra Vida?".
El no podía dejar de asombrarse de tantas divagaciones como en las que incurría.
Claro que quedaran inquietudes, por ejemplo como es la comunicación interrumpida cuando nos vamos y los
demás, quedan en la primera etapa. Evidentemente hay marcadisimas diferencias y distancias. Pienso que la comunicación
espiritual no fenece, así creemos los que aquí permanecemos -ya que como nos falta el transito, de el, no podemos hablar- pero si
que quedamos en comunión con las almas de nuestros queridos, que partieron antes que nosotros.
Lo que no les puedo garantizar es el contacto físico, ese… ese es para el terreno de la parapsicología.
Y cayo en un estado de profunda meditación.

IV

Aparicio se repuso y la emprendió con la historia social y política de la "Civilización"; decía,
esta plagada de avances y retrocesos cíclicos, de valores y doubles como diría Discepolo.
Pruebas al canto:
Los griegos tenían, en los tiempos de Platon, una conducta dual dividida en publica y privada.
La primera tenia que ser transparente y de la segunda que no se supiera nada adverso porque las consecuencias eran lapidarias.
Santo Tomas advirtió sentenciosamente: "Guay de los pastores que se pastorean a si mismos" , es una enorme
enseñanza casi como la esculpida a fuego en la piedra en la película los diez mandamientos, pero muy poco respetada.
Maquiavelo, aparentemente aconsejaba a los príncipes como gobernar y por otra parte le señalaba al pueblo:
"Ved como el poder os somete siendo que Vosotros sois libres"
Jean Jacques Rousseau, inspirador de la Revolución Francesa advirtió que las leyes están hechas para
protección de los poderosos desamparando a los que nada tienen.
Marx a su turno, indicaba a las mayorías para que no dieran por sentado aquello que promulgaban los mandantes
de turno para que insistieran peleando por sus derechos.
Aparicio, se permitió, para finalizar, una breve semblanza de la historia Argentina cuyo resumen se puede enunciar
en: "TODOS CONTRA TODOS". Esto no es lo mío, no es lo que quiero, clamo entristecido.
En efecto, vemos con asombro, pena y no poca preocupación la parálisis comercial - industrial y agro-
ganadera que se adueña del país empujándonos al abismo mientras otra vez los políticos se critican sin hacer los aportes
de idoneidad y sabiduría que esperábamos cuando los votamos.
El Mundo rota sobre si mismo y gira alrededor del Sol, pero los Argentinos ni nos damos cuenta estamos
"inmóviles". ¿Que nos pasa? ¿hacia donde vamos?
Por fin argumento:
Entonces, si el egoísmo reina por sobre todo que desamparados nos sentimos cuando la obstinación por crear para el
conjunto a devenido en diatribas donde la inteligencia para el bien esta ausente. Jugo con las letras y obtuvo una palabra
diferente con los mismos caracteres de la otra:
A R G E N T I N O
APARICIO
I G N O R A N T E
¡Y quedo atónito!