jueves, 5 de marzo de 2009

"EL ÚLTIMO RELAMPAGO"

"EL ULTIMO RELAMPAGO"


INTRODUCCION

La invitación que presume la consigna, es amplia e involucra, con intensidad, la elipse que describe la vida hasta el
relámpago final.
A vuelo de pájaro relacione la niñez con la represión; la adolescencia, cuya naturaleza se recuesta con la transgresión;
en tanto la madurez, quizás entronque, con el poder; por la actualidad de mi condición, en una latitud existencial selecciono la
vejez, a la que me aproximo y la soledad a la cual temo.
Quedaran sin considerar perfiles tales como: la infidelidad, el engaño, la venganza y la indecisión. Las primeras tres
son ramas de un mismo árbol que me repelen, la otra -la indecisión- es también, como las anteriores, particularmente castigo
de quien la practica.

I

Son bastantes, pero nunca suficientes, los peldaños alcanzados cada vez que cumplimos años, instintivamente,
anhelamos mirar atrás, y la cassette de nuestra memoria nos comienza viendo pequeños, en el pueblo natal -1929/37- la llegada
a la gran ciudad, la escuela Francisco de Vitoria en Villa Crespo, 1943 la mudanza a Colegiales, el secundario en el Otto Krausse
egresado 1948 para hacer el servicio militar enseguida -con grave enfermedad felizmente superada-, en 1952 el casamiento con
la primera novia desde 1946 -año en el que simultáneamente abrace la promoción bibliográfica- 1953 llego mi "niña bonita"
Diana para alegrar con ternura reciproca nuestros dias, 1957 Jaime -el varón- colmando las expectativas.
Después lo de siempre, trabajar, velar por la familia, los chicos crecen, hacen sus nidos, es ley de vida y la llegada
de la oleada de las nietas -4- que son la luz de nuestros ojos. La mayor ya tiene 23 y la menor 17.
Y uno… bueno… uno ya subió mas de siete décadas.

II

De pronto, no obstante, la familia, donde hay hermanos, primos y una buena cosecha de "amigos amigos" y de
"amigos conocidos" con quienes alternamos, sostenidamente, dentro de las posibilidades que la época nos permite.
Para entrar en la soledad, no quisiera dramatizar ni citarla sufriéndola, sino para desmenuzar algunos de sus
matices.
Así a veces, mientras nos enjabonamos los ojos en la ducha matinal, es posible que nos asalte la duda sobre si
al abrirlos veremos como antes o estaremos sin visión…
Seguramente pensaremos mil cosas, por ejemplo, hasta donde llegara nuestra vida, no hay reglas, solo condiciones
favorables de mayor o menor intensidad.
Pero hay siempre proyecciones preventivas para el cuidado de lo que tanto valor tiene: nuestra salud. Al efecto
dias pasados me consultaban, habida cuenta de mi ocupación, sobre una publicación al respecto de: vida sana, cocina sana, y
predicciones.
Le respondí que con cocina sana era mucho mas probable la vida sana, que "iban de la mano"; que las predicciones
astrológicas, que de ellas se trataba, me parecían un tema menor, que prefería la psicología, como vehículo, para puente de
inducción a…
Sin embargo, cuando tantas inquietudes, me azotan, acerca de cómo será el ultimo viaje intuyo que lo que
realmente se teme es a que "ese paso" sea cruento.
Creo que seria positivo inclinarse a ese no se que, que nos dice que en "esa otra vida" nos aguardan con ternura
y sonrisas los brazos y los rostros de quienes mucho amamos y nos precedieron.
Y, una vez mas entrecerrando los ojos veremos una gran luminosidad dibujada sobre las suaves colinas, donde
quiere despuntar un cálido sol que invadirá las verdes praderas que bordean los lagos y en esas idealizadas visiones estemos todos
juntos, para siempre, donde se cumpla la sentencia bíblica que dice: "LAS ESPADAS SE TROCARAN EN AZADAS Y EL
LOBO PASTARA JUNTO CON EL CORDERO".

No hay comentarios:

Publicar un comentario