jueves, 20 de octubre de 2011

EMOTIVO RACUERDO

EMOTIVO RECUERDO:
Como consecuencia de nuestros esponsales allá por 1952 mi digna esposa Doctora en temas de cantos corales –interviene en cuatro coros semanales- y su esposo, o sea yo mismo, licenciado en taller de literatura a través de una treintena de años, heredamos con “la dama de honor” a su hermana Beba, otra adorable criatura, quien por esas leyes de la vida también oportunamente, se esposo.

Todos vivíamos en la Ciudad Aut. de Buenos Aires, todos pasábamos la temporada estival en Mar del Plata, esporádicamente viajábamos una que otra vez al exterior, hasta que situaciones diversas, nada traumáticas llevaron a Beba, su Esposo y su prole a viajar a España y establecerse allí.

Las hermanas siempre se quisieron mucho, y la comunicación jamás se perdió, cartas llamados telefónicos, ella periódicamente venia con su esposo, a Buenos Aires o a Asunción donde su esposo también tenía familia.

Beba siempre tuvo uno de esos corazones que se titulan de “oro”; por ende generosa, propiedad que naturalmente le trasmitió a su hija Viviana, ahora asimismo casada y establecida en Guadalajara, muy cercana a Madrid, ciudad donde mora Beba.
Ya va a hacer casi 12 años en breve, cuando en mayo de 2002, nosotros cumplíamos nuestras Bodas de Oro, y nos llama Beba telefónicamente para informarnos que en Longueira y Longueira Av. Belgrano al 1.800, había dos billetes de ida y vuelta a Madrid, oblados por la madre y su hija, “que son carne y uña”, y que nos alojaría en su casa.

Nos parecía demasiado, pero ya estaba realizado y debimos aceptar y viajar. Con gusto claro y mucho pudor. Nos vino a buscar al aeropuerto de Barajas con su segundo hijo varón, y lo pasábamos muy bien. Pero la hicimos mejor aun; entretanto del mes que estuvimos allí una semana nos fuimos en una excursión aérea a la Isla de Tenerife, un paraíso de elevada temperatura, y otra semana recorrimos Andalucía con Córdoba, Granada, Sevilla y Toledo; allí fue en Bus y creo si mal no recuerdo, que tuvimos la fortuna de navegar el Río Guadalquivir en forma combinada. Todo una maravilla. Imperdible e inolvidable.

Seguimos en contacto con ella mas que siempre, sobre todo desde que enviudo, va para dos años lamentablemente. Y seguimos en contacto informático o telefónico varias veces por semana. Es un afecto que se sigue aquilatando a medida que se van los años….

JFA 20-10-2011

Una década inolvidable(1942-1952)

Una década inolvidable (1942-1952)

Que quieren que les diga, muchos pasan por la vida como si no tuvieran en ella “ni arte ni parte”, otros, como el suscripto nos tragamos la vida a bocanadas, sin atragantarnos, saboreándola, como para degustarla cual el mejor de los vinos…hasta la última gota.

Habíamos recalado, tras dejar Villa Crespo, mudándonos al Barrio de Colegiales, todavía se exhibía como un complejo de casas bajas, con un enjambre de Petit Hoteles, hoy serian los denominados PH. Y en este enclave vivían muchas familias cercanas a la nuestra en el afecto o en los lazos de sangre.

Nos ubicamos en Av- Fco.Lacroze 3163. Una casa en el primer piso, sobre el negocio de vinos, sucursal de La Superiora, el gerente don Juan, su esposa y dos hijos Roberto el mayor y Osvaldo. En el mismo edificio la entrada a los departamentos, en uno de ellos vivía un muchacho de nuestra edad de Roberto y la mía, que era muy compinche de los chicos. Siempre en la vereda de gran palique.

Roberto estaba muy metido con una chica muy bonita que vivía tres cuadras hacia Cabildo, antes de la barrera del F.C.C.A, cuando ella venia con su madre que era una señora muy…muy gorda, y si Roberto estaba adentro pasábamos y decíamos_ “Lequento…lequento”… que significaba_”el tanque” al revés, para que el supiera que venia su elegida con la custodia de su progenitora y saliera a comérsela con lo ojos… y a fe mía que era una morocha muy… muy linda de esas que dan las 12 antes de tiempo.

Entretanto yo que cursaba 6° grado en la Escuela de la Calle Conde. Turno mañana, me levantaba diariamente como un resorte sin despertador ni nada y 7 y 40 ya estaba en la puerta de la escuela con un autentico “Sarmiento”. En los recreos, recuerdo, había un chico alto de mi grado que me “patoteaba” todos los días, en todos los recreos, una de esas tantas veces no aguante mas y lo encare con arrebato, hastiado de esa fastidiosa rutina, a partir de ese momento me respeto siempre. ¿Qué tal?.

Claro ya en la banda sentimental ya me correspondía a mí también comenzar a despertar al sexo y mirar a las chicas, a la vuelta, en la Calle Freire, había una “chinita” muy graciosa, creo que trabajaba allí empleada que me conmovía como si mi alma libre quisiera redimir la suya, ya que la veía como encerrada en la puerta cancel, que estaba abierta pero ella a la sazón prisionera.

Un día, una chica mayor de unas 16 años –vecina- conociendo nuestras cuitas que nos agradábamos y estábamos sin la decisión de lanzarnos convino que nos encontráramos los dos: Elsa y Yo, cuando el sol ya no daba a la cancel, en época otoñal a las 18 para sellar nuestros labios con el “primer beso”. Deploro decirles que este romance fue un atisbo de tormenta que se aborto.-

Entretanto enfrente de mi casa había un local comercial de ropa para bebe atendido por un matrimonio que tenía dos hijas: una mayor casada, y otra de mi edad: Lena. Suave, delicada, hermosa. Trate de cortejarla. Poco alcance.

Entretanto terminaba mi último año de la primaria –entonces era 6°- y le pregunte al mi maestro - un grande- como educador: el Señor Ugarte ¿Qué le parecía si me atreviera a dar examen para la secundaria que posibilidades me cabían?.-

Su respuesta fue seca, firme y lacónica; “!Ni lo sueñes¡

Desde ya que lo imaginan, me quede mudo, me cayo como una puñalada, pero lejos de amedrentarme le acicateó, me estaba planeando a mi mismo uno de los desafíos mas grandes que debería afrontar en adelante, en mi formación.

Lo comente con mi Padre, claro el me alentaba, no se de donde salio una Maestra Elena que preparaba chicos, creo que fueron de los vecinos del negocio de vinos de La Superiora, que quedaba en la calle Picheuta en Caballito, la fuimos a ver, arreglamos con ella diciembre, enero y febrero -¿Qué verano? Nada de pelota, nada de guerilla de piedras en los descampados del Ferrocarril, solo libros, ejercicios y estudiar Castellano y Matemáticas. “Que el que quiere celeste, que le cueste”.

En este momento necesito tomarme lo que se llama una “licencia literaria” hago este interregno para una anécdota que tiene dos perfiles uno malo, primero, y otro fantástico después.

El primero es sobre la guerilla que como chicos inconcientes practicábamos con Bartrons, Trevisan, Small. Esperanza y yo. Arrojándonos piedras en los terrenos descampados del ferrocarril, hoy totalmente urbanizado, en una de esas una piedra me abrió la mano sobre el dedo mayor y allí paramos la cosa, porque si la herida era sobre un ojo lo podría haber perdido. En fin cosa de chicos.

Años mas tarde, mi hija que vivía en Israel volvió a Argentina con su familia, y trajo a Corina que es su hija y la mama de Violetita. Claro cuando llega Corina tenia 2 años, yo la había visto dos veces cuando nació y un año después nada mas. De modo que en tan momento me costo mucho ganármela, aun le trajera los mejores chiches como Payasines, Tambores, etc me los rechazaba. Yo sufría a mares.

Poco a poco fue mejorando la cosa. Nació Johanna, hermana de Corina y fue variando el panorama. Fue creciendo. Yo era Mariano, no era el abuelo, era un chico más, que jugaba con ellas, otra vez era Jean Cartier y hacíamos desfiles de modelos, que Johi disfrutaba más. Era más pizpireta. Un día recordando la guerrilla les hice un cuento que se llamaba la “paloma blanca”.

En efecto, se trataba de dos bandos que peleaban a pedradas, de pronto en medio del enfrentamiento. Una pedrada derriba a una paloma blanca que volaba entre medio de ellos, al caer herida en una de sus alas sangra y se pone roja. Los chicos todos paran la “extraña y perversa diversión” para curar a la paloma. Uno de ellos la lleva a su casa para cuidarla y se comprometen a no practicar jamás otra vez tamaña locura. ¡Y colorín colorado este cuento se ha acabado!.

Pero no fue tan así, aquí viene lo fantástico las nenas una y mil veces me requerían que les repitiera el cuento nunca se cansaban. Así fue como aprendieron a quererme, a mi que me moría por ellas de efecto.

Un día que la fuimos a buscar a Johi para traerla a casa en el auto, ella iba sentada atrás, y yo la chichoneaba, si ¿gustaba de algún chico?, Coqueta dijo que varios chicos gustaban de ella, siempre fue muy bonita, entonces tercie en la charla –estaba también mi esposa- y le dije que ella era como el abuelo que tenia 50.-

Ella se enojo un tanto y me reconvino:

.!”Vos lo que tenes es una que vale por 50”!

¿Qué tal?

Pero volvamos al hilo conductor….

Y llegó el día del examen aula 13 a la mañana, aula 31 a la tarde ¿otra vez el mundo del revés?. El mayor puntaje era 45 puntos… saque 43 e ingrese a 1°”A” del mejor colegio industrial de la nación: OTTO KRAUSSE.- Aquí ya estábamos en 1943

Mientras tanto Lena ingresaba al colegio normal sito en Córdoba y Ayacucho. Yo viajaba en tren a Retiro y de allí el colectivo 26 0 33.Alguna vez me encontré con ella yo viniendo en el Bus y ella abordándolo en Córdoba a la altura de su normal, y departimos amigablemente, casi me brindaba su simpatía…¿Por qué no me atreví, ni siquiera, a tomarle la mano?; con una muy suave caricia –como me caracterizo- pero me inhibi…y luego nunca volví a tener oportunidad alguna. ¡Que metejón tenía! Que aun no la olvide y de alguna manera me entere luego que su vida es extinguió.

Volvamos al “conventillo” que eran los departamentos de al lado. En el n°1 vivían un matrimonio, ella era renga y tenia una hermana menor muy, pero muy bonita rubia, el barrio la señalaba como “bataclana” era ese tipo de mujer que la venían a buscar en coche, decían los chicos que desde arriba se veía el patio, en verano sobre todo, y que la rubia paseaba su torso desnudo de senos no muy grandes pero turgentes, y que a veces toda ella se aparecía como Eva ¿se lo imaginan?...Bueno…bueno…ejem.. son viñetas barriales de los primeros escarceos de los pebetes despertando a la vida….¡y como!.-

De pronto frisábamos 1944, el año de mí verdadero despertar a la sensualidad de los sentimientos más profundos, conocí a la costillita que me había quitado el Creador para hacer a mi pareja, fue cuando obnubilado me imantó Avelina.

Allí cambio mi vida. Ya 1945-1946 pasaba 3° y 4° año los amores me carcomían el cerebro, esto ya lo conté de alguna manera me llevaba de 4° 6 materias sin aprobar debía dar 3 en diciembre y 3 en marzo. Aprobé 5, una me lleve previa a noviembre y la aprobé Y en 5° año me eximí de todas, en 6° me quedo Química Orgánica para Diciembre que la aprobé con 9 puntos. Ya tenía realizada mi tesis sobre Gres que presente en diciembre de 1948 y puntualmente recibí mi diploma de TECNICO QUIMICO.

Como en 1946 mi futuro suegro me había iniciado en la venta de libros y como que esa manera de ser promotor bibliográfico me dio buenos frutos; llegue tras un accidentado servicio militar anticipado en 1949 a una boda en 1952 que me consagro como un activo y laborioso trabajador y un buen padre de familia que hoy desde el jardín otoñal de mi existencia disfruto las mieles de los afectos de nietos y mi bisnieta reina que es VIOLETA.

Mas les confieso que cuando me miro al espejo, siente que este tiembla, sobre todos en estos días en que me asemejo a la “momia” con esta lumbalgia que me aqueja, y se encariña para como querer quedarse.¿Que hago?....Paren el mundo me quiero bajar….¡¡¡¡ché!!!

¡Ah! Casi me olvidaba:

TODAVIA ME INQUIERO
MIRANDO A LA VENTANA
¿PORQUE VINO A MI ENCUENTRO
AQUELLA PALOMA BLANCA?


JFA 20.10.2011

miércoles, 5 de octubre de 2011

AVENTURARSE

AVENTURARSE

La acción de la vida sin pasiones resultaría insulsa, no obstante, todos sabemos, que hay riesgos que correr, y claro, los abordamos ya que sin ellos no existiría esa aventura que es el periplo vital de ser y acercarnos a los elixires que nos provee la naturaleza.

Veamos entonces, esta acción, instalada en el cuarto de un hotel, y la necesaria pareja, donde la mano de él, que ni la toca, perfila una figura que parece descender por la falda de la hermosa mujer sensible, como todas aquellas que se asoman a vivir, y que esta temblando sin poder evitarlo.

Naturalmente con frecuencia, en estos esquicios, hay subyacente un conflicto entroncado con encuentros y desencuentros a los que somos proclives, donde se halla entronizada una gigantesca sombra, de otra mujer, ligada al mismo varón, por la construcción de lazos y años de amor.

Él sin embargo esta deslumbrado sexualmente por la aventura con esta otra mujer, más joven, físicamente perfecta, llena de vida, y con un empuje que lo lleva al paroxismo.

Pero, aquella tarde/noche tras el ensamble, ella inopinadamente rompió a llorar, sorprendido trato de asistirla y ella, entre sollozos sostenidos, le confeso que su marido era golpeador y que la castigaba duramente quizá influenciado por las drogas.

Hay situaciones en las que el hombre se encuentra frente a un atolladero, él buscaba ese momento, pero lejos estaba de querer asumir preocupaciones, a ello se sumaba, además un sentimiento de culpa, y no podía esgrimir el “yo no fui”.

No me pregunten porque, pero de pronto el hombre frente a su propio espejo recapacita, evoca su hogar, donde esta su compañera de siempre, están sus hijos; ahora el que tiembla es él, le desespera pensar que su esposa le niegue ver a sus vástagos.

Cuando concluye el encuentro circunstancial del hotel en ese comienzo de desencanto que encasilla las relaciones humanas, cuando queremos escindirnos, y rebobinar momento preciso en que agilizando la mente con la introducción de “efectos especiales”, como los de un film, la acción transcurre ahora en el dormitorio conyugal; él arrepentido de su estúpido emprén- dimiento se humilla y pide una y otra vez perdón, ella ahora es quien preside la escena, crea el suspenso…lo va a pensar.-

JFA 05-10-2011