miércoles, 4 de marzo de 2009

PALA MINUDA

P A LA M I N U D A

MANDATO INTERIOR
JACQUES FARJI ABULAFIA
ENERO 2003.-

Antes que nada, a despecho de una humildad personal que no es fingida, sino que a veces la autoestima, desmesurada , desfigura quiero pedir perdón a los lectores, anticipadamente, sobre todo porque hace muchos años que he acuñado que : todos sabemos lo que tienen que hacer los demás aún cuando no atinemos a resolver las cuitas propias

Así, también, debo solicitarles que disimulen un estilo que me ha costado no pocas críticas y se debe al hecho de que, sin subestimar la clara inteligencia de las personas, a las que intento llegar, lo hago con todos los detalles pertinentes que me parecen imprescindibles para que no se escape detalle ninguno.

Por otra parte, se ha hecho carne en mi, zambullirme en connotaciones sociales que hacen siempre al contexto al que se refieren los artículos que encaro. Siempre pienso que todos podemos ilustrarnos a todos porque, claro, no lo sabemos todos ni conocemos que es lo que sabe nuestro semejante que nosotros ignoramos y viceversa.

Luego, paso a paso veremos lo congruentes que resultan todo este catálogo que he delineado a manera de introito.

Me quiero referir a nuestro futuro como Sefaradim , mandato inexcusable que recibimos como honrosa herencia, que no elegimos, pero que es nuestra desde que nacimos. Luego, adultos si la adoptamos como verdadera manera de ser y vivir, a la que no renunciaremos jamás.

Antiguamente, antes de la oleada inmigracional que , entre otros, conformaron nuestros padres la vida en sus lares originales estaba signada por la vida familiar. Un padre laborioso, recto y hombre de hogar, una dulce esposa y madre, abocada exclusivamente a la casa y a la familia , como reitero en forma excluyente,

La vida Sefaradi siempre estuvo adscripta centralmente a la vida religiosa cuyo eje era la Kaila. Los varones eran inclinados a aprender la Torah, leer, respetar las fiestas tradicionales y el resto ya lo exprese: comercialmente el Padre trabajando afanosamente en su metier y socialmente todo ligado a los contactos y visitas familiares. No eran frecuentes otras alternativas ni había intención de buscarlas. Las gentes, los nuestros, eran suficientemente felices asi. Se conformaban con lo alcanzado.

Estos antepasados nuestros –particularmente los de quien escribe- eran derivaciones de la expulsión, tan penosa, de España en 1492 hasta 1913 en que llega al Río De La Plata mi Padre son unos 421 años, a una media de vida de 60 años, fueron 7 generaciones que transitaron la continuidad de una vida nómade, que nuestro pueblo lució continuamente.

El que subscribe seria entonces la octava generación, mis hijos la novena y mis nietos la 10°. Lo notable es que a donde fueron los herederos de Sefarad llevaron el español arcaico o “ladino” como una “Sava”, que soporta enhiesta, varias centurias y, que ahora pugnamos porque no se extinga.

Pero veamos, vienen nuestros Padres –como digo 1913- luchan con el sostén de algunos parientes que habían llegado con antelación, pero sin el soporte emocional de los padres de ellos que quedaron en europa, asia, etc Todos lo sabemos, el desarraigo es hondo pero con todo eso se sobrepusieron, otra nos les quedaba y fueron prosperando no ,sin antes, hacer enormes y denodados esfuerzos.

Cuando llega el momento de su prosperidad, es la hora de hacer sus hogares. Con la misma imagen que vieron en la casa paterna. Y, vamos llegando nosotros,, los hijos, la nueva camada de sefaradim, ahora criollos, y a partir de entonces ya vamos alcanzando una ilustración, ni mejor ni peor, sino diversa, más moderna, nuestros padres se diplomaban en la “universidad de la vida”, nosotros en las instituciones educacionales privadas y/o estatales.

Nuestros padres, oportunamente, en un ámbito desconocido, al principio, debieron adaptarse y relacionarse con las gentes autóctonas o que estaban radicadas de antaño. Y por allí viene una suerte se mistura, de sutil integración, ajena a las raíces , que no es inducida concientemente por la voluntad sino que responde, casi insensiblemente, a esa parte de la “condición humana” de no querer quedar rezagado y mucho menos aislado.

Entonces uno pudo creer, erróneamente, que codeándose con los gentiles nos haciamos más cosmopolitas –aunque en el fuero intimo- estuviera la convicción que se sumaba al compromiso ancestral de conservarnos, en el “rebaño” no es menos cierto que “ tanto va el cántaro a la fuente, hasta que se rompe”.

En el interín fuimos observando respetuosamente las fiestas, las tradiciones y las costumbres. Pero aún así en medio de ello, la asimilación comenzaba por captar sus primeras presas, que lejos de detenerse, se van incrementando.

Otros factores, concomitantes, coadyuvan para hacer la escena más complicada y difusa su solución. Me refiero a la parte económica que sumada a la crisis social, política esta haciendo eclosión en el orbe, habida cuenta de los desaguisados de los países hegemónicos que supuestamente deben ordenar, con su conducción, la supervivencia de todos.

Por eso es tan compleja la situación emergente. La parte ética y moral que esta ausente de los mas altos estamentos a cundido para que los inferiores se sientan exculpados de practicar buenas costumbres porque la venalidad y la corrupción envilece todo, a toda hora en todos los países, hasta aquellos que tenían el halo de una conducta sin mácula que ahora se desvanece por doquier.

Esa claudicante situación en lo económico y social provoco muchos contratiempos. Había comunidades de , por ejemplo, 3000 socios, de los cuales el 50%, generalmente, por razones no siempre económicas, sino de pujante asimilación con desenfado hacia una herencia que se comienza a ignorar, provoco que dirigentes, circunstanciales, quizás no demasiado compenetrados de la importancia de serlo , con la comodidad errónea de un plumazo cercenaron a ese 50% moroso y le cargaron sobre las espaldas del 50% sano la responsabilidad total.

Bien que es cierto que “ no solo de pan vive el hombre”, pero cuando la doctrina religiosa no llega a la masa de la grey con fluidez y claridad no fraguan las enseñanzas que hagan al individuo, a quien están dirigidas, de ancla para que no se escinda de la familia sefaradi, aunque esto creo que es común a las otras ramas hermanas del judaísmo.

Mientras se multiplican las complicaciones de todo orden, me hago un deber , este, de señalar, en carácter de autocrítica y no exclamo que” a quien le quepa este sayo que se lo vista”, sino contrariamente estoy buceando en mi interior reprochándome los errores que seguramente he cometido como para “voltar en teshuva” antes que sea tarde, empezando por cuestionarme, en primer termino a mi mismo.

Por eso creo plausible que tratemos de montar una, dos, varias, muchas siglas tras las cuales reunirnos socialmente a comer, hablar, reír, fraguar algún esketch o un cuento del inefable Yoja, o un paso de comedia costumbrista pero todo será nada si no volvemos al
Kaal Kadosh y no solo para las fiestas o el tradicional Kadish en oportunidad del midrahs de nuestros amados difuntos, sino para recibir enseñanzas y explicaciones, de los Jajamim o de los que están versados para absorber enseñanzas vivificantes que nos catapulten a la tranquilidad de conciencia, de donde salen fuerzas inexplicables, pero certeras y constantes para caminar hacia delante.

Salvando las distancias, el flagelo de la asimilación me hace recordar a un dicho que reza; “la madera seca, con la mojada, se moja”.

Si no somos concientes del mandato tácito recibido al nacer en una cuna sefaradi estaríamos traicionando impunemente la herencia recibida, la que es un honor transportar
y...............lo peor es que en muchos casos quizás ni nos estamos dando cuenta del pecado.-

¡Ah! Y no olvidemos que lo debemos hacer acompañados:
y de nuestra mujer................
y de nuestros padres y madres.
y de nuestros hijos e hijas.....
y de nuestras nietas y nietos
y de nuestros Tios y Tias.....
y de los primos y primas.....
y de los cuñados y cuñadas..
y de los amigos y amigas....
y de todo benadam al que trabaremos hacia este camino “ de bien y verdad”. EMET.-

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