miércoles, 4 de marzo de 2009

"EL FELIZ PALPITO"

“EL FELIZ PALPITO”
A partir de una línea de un verso de
Fernando Pessoa originar un texto
Insertándola o no pero si citándola

“ No existe en la calle hallada el número de puerta que me dieron “.

Hace muchos años, en la época dulce del “deme dos” y penosa de las angustias y temores que sembraba la cruel dictadura imperante, como todas, y que asoló esta tierra criolla entre 1976-1983. Inmerso en tales avatares, exactamente en 1979, viajé de Medio Oriente a Grecia y de allí a Holanda.

Mucho me habían recomendado e insistido que allí comprara un automóvil, que eran muy baratos, y que recorriera Europa.

Por mis condiciones se me hacia un nudo en la garganta de esos que duelen, torturado por los naturales nervios de afrontar lo desconocido y con pocos ánimos de hacerlo.

Es que apenas si me atrevía a ir y venir por la Ruta 2 a Mar Del Plata y me estaban proponiendo ¡cruzar Europa ¡ en medio de gentes, cuyos idiomas, desconozco en un 90%; entre otro cúmulo de cosas como : hábitos, comidas o idiosincrasia.

Pero en fin..... ya que estamos....... Volvíamos a El Pireo – puerto de la Ciudad de Atenas- de un crucero inolvidable por el Egeo , y nos embarcábamos en un vuelo de K L M hacia Ámsterdam en posesión de la dirección de un vendedor de autos usados, con todas sus señas, que nos había proporcionado nuestra familia.

Era viernes, casi por la noche, cuando llegamos al Hotel, que a la sazón, estaba tapizado con idénticas alfombras a las del barco. No sería importante la referencia a no ser porque esa semana, embarcados, mi esposa la paso a Dramamine –indicado contra mareos-
Y zas.... nos topamos con esta casualidad, en tierra e igualmente sintiéndose psicológicamente mareada.

De todos modos pasamos la noche. En la mañana, fría y neblinosa de Amsterdam
se nos adicionaba la aprensión de ir hacia lo desconocido en un barrio aledaño, llenos de prejuicios y.........¡que se yo!.

Al decir de Fernando Pessoa “ no existe en la calle hallada el número de puerta que me dieron “ nos tuvimos que remitir a nuestra propia repentización; recalamos en un café oscuro –tipo tugurio- de la esquina, inquirimos sobre el misterioso vendedor de autos usados José, con tan mala fortuna que había viajado por 2 o 3 días, era sábado y regresaría, si lo hacia, el miércoles, demasiado tarde para nosotros, que debíamos estar el viernes en Roma .
En efecto, en su aeropuerto –Fiumiccino- debíamos recibir a mi Hijo, su esposa y su pequeña hijita Eva –hoy de 24 vibrantes años, la que nos hizo lucir , el debut, de nuestra abuelatura. Ellos arribaban desde Israel , y viajarían luego, con nosotros hasta Barcelona (España) en el auto aún no adquirido.

¿Qué hacer?, el tiempo hereje, urgía como nunca, además teníamos que alojarnos no teníamos reservas, y no había opciones a no ser por mi rampante iniciativa. Les cuento, en el vuelo de KLM de Atenas a Ámsterdam, había muy pocos pasajeros, el aparato tenía a diestra y siniestra asientos de tres butacas.

Con mi esposa nos ubicamos a la izquierda , y en la derecha, una fila más adelante un matrimonio, mayor que nosotros, que era solícitamente atendido por el auxiliar de a bordo.

De pronto, sin saber porque, intuí que debía comunicarme con ese señor para recabarle si conocía algún vendedor de automóviles , en nuestro destino común que era Ámsterdam –eso no lo adivine, allí finalizaba el vuelo-.y entonces ,aún no lo sabia, que el encuentro con José resultaría fallido.

Pero tenía que vencer dos cosas: a) yo no conozco el inglés, ni francés; el holandes es otro idioma, por un lado; y por el otro b) vencer lo remisa que es mi esposa para entablar un diálogo, que era necesario, porque ella si habla inglés.

Discutimos civilizadamente , y finalmente la intime: ¡lo hacia o lo hacia ¡......Por fin lo hizo .sencillamente le solicito al auxiliar que nos hiciera de nexo. Dio la casualidad que el Señor , en cuestión, era médico de todo el personal de KLM , y si conocía a un vendedor de automóviles establecido en Ámsterdam -¿qué tal?- , de nombre Albert Vander Braak, y que al descender del vuelo dos daría, su tarjeta personal con las indicaciones precisas. Y así fue.
Entonces, a falta de José, quedaba esta alternativa, deseo referenciarles que cuando el sábado a la mañana fracasado el intento volvimos al Hotel, almorzamos , y en el descanso de la siesta, llamamos al contacto del avión. Nos atendió el Sr Vander Braak, que esa tarde se hallaba ocupado, quedó en venir a buscarnos el domingo en la mañana, tipo 10 hs.
Al día siguiente, se apersono , luego de los saludos protocolares –mi esposa hacia de interprete- el ahora anfitrión, no invito a un paseo panorámico por Ámsterdam y sus canales en su lujoso Mercedes Benz, despampanante, de esos que en Buenos Aires valían 60/70.000 U$S, entonces, y alli solo U$S 6/7.000.

Posteriormente nos agasajo en el Hotel Presidente, él ingería mucha bebida blanca, era tan amable que no pensé que fuera un adicto, por otra parte esa latitud nórdica es muy fría y se presta , nosotros solo consumimos agua mineral, bebida tónica y café.

Luego, Muy gentil, nos acerco hasta el Hotel, así fue que quedamos, que al día siguiente, lunes, nos buscaría por la mañana y nos llevaría a ver el automóvil que nos ofrecía. En su local observamos un Mazda 626, motor rotativo, del año 1974 – si corría 1979 era relativamente potable
.
Por el kilometraje el coche acusaba 80.000 kms recorridos y él lo quería preparar convenientemente ya que nuestra travesía seria de mas de 3.000 kms hasta Barcelona . Es decir un “service” a conciencia. Un poco nos descolocaba tanta corrección, hasta llegar a la duda, luego comprendimos que los europeos, en general, tienen otro comportamiento, desdichadamente desacostumbrado entre nosotros.

Nos lo entregaría el martes, nosotros teníamos que bajar por Francia, Alemania, Austria entrando a Italia, hasta Roma, donde el viernes llegaba mi hijo y su célula familiar, el plan de viaje aparecía ajustado pero llegábamos.

Hete aquí, que el correcto Vander Braak, confirmando su idoneidad, no quedó satisfecho con el Mazda comprometido e hizo un cambio por otro del mismo modelo y color pero.....siempre aparece un famoso pero, dilató un día más la entrega, sería el miércoles por la mañana. No podíamos hacer otra cosa que esperar.

El día señalado, por fin. le abone U$S 750, en el correo, donde fuimos juntos, me dieron una tarjeta rosa , el coche ya era mío , y por convenios contractuales lo podía llevar por toda Europa sin trabas ni impuestos. Así de sencillo.

Unas carreteras fabulosas de 5 carriles en cada dirección, con alto ligustro en el medio para evitar encandilamientos, en el camino paradores que por lo menos asemejaban hoteles de 4 estrellas. Las camareras preparadas, además, para cambio de moneda, una maravilla mas higiene y atención esmeradísimas.

Miércoles por la noche pernoctamos en Strasbrugo (Francia) en mullida cama y por la mañana desayuno en la habitación con crujientes “croissant”. En Alemania nos detuvimos el jueves a la noche en un pequeño centro comercial que exhibía, no obstante, los últimos modelos de automóviles con tapizados de cuero argentinos, entre otros múltiples artículos.

El viernes a la mañana entramos en Austria por Innsbruck, viendo esas laderas llenas de cabañas creíamos repetir escenas del film “La Novicia Rebelde”, y que les voy a contar....era.....era..... algo inenarrable ; ya sobre el mediodía, en Roma, tomamos un Hotel de bajo perfil, en las proximidades del Vaticano

Por la noche, en medio de una lluvia torrencial recibimos,felizmente, en el Aeropuerto de Fiumiccino a los viajeros.

Hay muchas más peripecias, por la Costa del Sol , Génova, Mónaco hasta Barcelona pero esa....... esa , es otra historia.

Por ahora me quedaré con una frase que solía repetir una vieja amiga nuestra:

“PARA VIVIR ASÍ................MEJOR SEGUIR VIVIENDO. “ JFA


Jacques Farji Abulafia.

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