miércoles, 4 de marzo de 2009

PÁGINAS

P A G I N A S

De y dedicadas a
MATILDE DE ESPANYA
(mi cuñada y amiga que me
orienta en el Ladino)

DETENERSE NUNCA, ABDICAR JAMAS

Jacques Farji Abulafia
Buenos Aires, enero 2003.-

La lotería, ya sea la ordinaria, de cada semana o las extraordinarias de fin de año, puntualmente constituyen un alimento a la necesidad de nuestras fantasias.

Salvando las lógicas distancias , la vida, asimismo los es cada día y nos otorga el premio o, en su defecto, una sonora bofetada.

Sin embargo, simultáneamente, tras el fracaso, nuestra necesidad enciende la llama de una nueva utopía para ese mañana inmediato que soñamos.

Ciertamente, nuestra experiencia, en todas las disciplinas nos induce a metalizar los anhelos. Ya se va haciendo carne una insoslayable comprobación materialista.

Naturalmente, es porque, para toda necesidad de adquisición, se hace imprescindible, de la moneda suficiente y providencialmente salvadora.

No obstante subsiste, insobornable, el espíritu, como único aliciente, que oportunamente, nos catapulta al solaz triunfador del poeta, en sus logrados versos, o el pintor que traslada, en una lúcida tela, lo que su visión interior descubrió como nadie.

O aquel compositor que encierra en una partitura genial lo que el interior selecto del interprete liberara para deleite de todos los melómanos.

O quizás sea el escritor, que es capaz, atrapando a su lector, con tal “dossier” literario , de manera que no le permita levantar los ojos de la letra, en forma absorbente, hasta su conclusión, como en un film de suspenso que se afirma con su dialéctica.

O, en fin, el actor, otro privilegiado, como el autor de vivir tantas vidas como personajes interprete y que es capaz de incorporar al escenario de sus éxitos, al ávido espectador , que al caer del telón estallará en esa impronta que baña su rostro en lágrimas de agradecida emoción.

Para terminar, rescatemos que , en tanto seamos obstinados, y no abdiquemos de los ideales, hará de plataforma de lanzamiento, sin dudas, para saborear, ese pan, embebido en arte, conque aún, por sobre todo, VALGA LA PENA VIVIR.-

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