jueves, 26 de marzo de 2009

"REGRESO AL DESIERTO"

“REGRESO AL DESIERTO” Bernard-Marie Koltes


Koltes nos entrega un trabajo espléndido, que trasciende a la sugerencia, de matices cambiantes que atrapan con visiones surrealistas.

Es un teatro de carácter universal, a la manera de los grandes autores, cuya vigencia excederá, seguramente, el limite de los tiempos.

Las temáticas deambulan sobre la familia, el hogar, los rencores de la condición humana, las relaciones filiales, el sometimiento de la servidumbre y una sucia confabulación de la burguesía lugareña contra los bajos fondos árabes.

Escarceos hacia la violencia entre Matilde y Adrián evidenciando que el celo proteccionista se confunde en la puja amor-odio, a veces muy cercanos.

Adrián sometiendo a su víctima, Mateo, a una realidad que intenta disimular sin convencer.

El jardín, marco para que los primos Fátima y Mateo reflejen el despertar sexual del joven inexperto y la sorprendente hipocresía integradora de Matilde y Mateo.

La consecuente salida hacia la aventura de vivir de Mateo, llevado de la mano de Eduardo , con la asistencia de Azis. Una impronta divertida en el café Saifi.

Luego Matilde retumbara en el escenario reproduciendo su impotencia resentida.

Los matorrales, a su vez, serán escondite para volcar la insidia sobre las visiones de la fascinada Fátima involucrándose con María que certifican su locura para Adrián-Plantieres.

De pronto, la explosión terrorista volando el café Saifi con la muerte de Mateo y Azis, entre otros, cuyas vidas se desvanecen por que ninguno se preocupo por detenerlas.

El desborde emocional, lleno de alucinaciones, que es preludio del suicidio de Eduardo cuyo entendimiento estaba claudicante..

Después del relámpago, que significo la aparición del paracaidista, que deja sus huellas, llega el alumbramiento de Fátima que desata, un denominador común, en los hermanos para evadirse de ese mundo que los entrelaza.

El catalizador es la llegada de los “negritos” Remo y Romulo, crespos además, que lo desarticularan todo provocando que Adrián y Matilde sacudan la jaulas que los contienen identificándose con sentimientos largamente disimulados.

Una pieza que conmociono a sus propios interpretes, resultado de un Teatro magnifico, abierto, espejo de la vida misma, convincente y espectacular.


BUENOS AIRES, NOVIEMBRE 1999
CR-j/f

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