jueves, 5 de marzo de 2009

"REIVINDICACIÓN PER-SALTUM"

"REIVINDICACION PER-SALTUM"

Escribir la historia de un personaje que sueña que esta soñando.
En el ámbito del quehacer cotidiano, adicionado el libre albedrío, nos permite elegir un futuro activo como:
ser maestro, mecánico, bailarín, medico, actor, gay, deportista o cualquier inclinación liberal como se denomina, a la amplia
gama de menesteres por los que podemos optar.


Refieren que un medico homeopático -unicista- de éxito, siempre incluye entre sus preguntas al paciente
esta: ¿ha soñado últimamente?.
¿Pero soñar? ¿y en todo caso que clase de sueños? Eso no es así como así a lo que se puede acceder.
No obstante intentemos una de tales variables.
Seria interesante rescatar de entre las variedades de los sueños, porque corresponde, a "la madre de los
sueños" que no es otra que aquella semblanza de las ovejitas, que nos inducían a contar, nuestros mayores, a manera de sutil
invitación para conciliar el sueño, cuando estabamos desvelados.
Pues bien, una ovejita, dos…. Y así proyectadas geométricamente llenaban la capacidad de la habitación
hasta consumir todo el aire dándole al soñador una sensación de ahogo, entonces aparecía un enorme puma, salvaje y
famélico, que a grandes bocanadas daba cuenta de las indefensas ovejitas. Rendido por tanto alimento quedaba adormecido.
Cuando creía recuperarse, un formidable león, como el de la presentación de los filmes de la MGM se
abalanzaba furioso sobre el fagocitandolo.
Sin embargo, como la película era de aventuras en la selva, entraba en la acción un arrollador elefante
que con fuerza hacia justicia y adiós a la replica del león de la Metro.
El sueño seguía con secuencias tan interesantes de las que no era fácil despertar. Así se veía claramente,
que sobre el elefante, había una gran silla, lujosisima como es de estilo en la India histórica que transportaba a un singular
turista. Mas tarde sabríamos su identidad, era un famoso cirujano oftalmólogo; entonces el mundo de las fantasías se
agigantaba.
Ahora lo mas racional de lo irracional -valga la paradoja- lo contarían como testigo privilegiado en la
continuidad del sueño que pudo haber acontecido el sábado próximo pasado por ejemplo.
Cuatro matrimonios se reunían a celebrar el cumpleaños de uno de los maridos en los Maizales, del
señorial barrio de Flores con una derivación que seria notable.
En el sueño luego de los primeros momentos plagados de relatos de trivialidades donde las damas exhibían
mutuamente las fotos de los mejores nietos del mundo -los suyos- y unas a otras se transmitían pequeñeces mundanas como:
me compre esto, luzco aquello, que la liquidación del shopping…. Bueno ya saben mujeres ….en plena gestión snob.
Los hombres, entretanto despotricaban, sobre la situación actual, derivación de la conducta de los mercados
mundiales, decía uno, mientras el resto culpaba a la inoperancia autóctona y todos se consolaban unos a otros : sobre
aquello que lo que no hiciste hasta ahora, no lo harás después de los 70 años, y concluíamos amparados en el marco de la
comilona, que para vivir así lo mejor era seguir viviendo.
Todo se desenvolvía "normalmente" hasta que dos de las esposas comentaban haberse operado de
cataratas, de ambos ojos, y, ¡oh casualidad! Sin saberlo, sin habérselo recomendado una a la otra, digamos independientemente,
el profesional que las intervino había sido el mismo: el Profesor López Mato, una autoridad en dicho "metier" ; a la sazón
era el pasajero distinguido que era portado en la silla lujosisima sobre el elefante.Que se regodeaba del relato.
Ambas señoras, antes de operarse, eran víctimas de dudas humanas, tan perturbadoras, acerca de cómo
saldrían de las respectivas circunstancias quirúrgicas incrementadas por las que sembraban los hijos de ambas inquiriéndoles
separadamente: ¿mama, como veras a papa después de la operación? .
Claro, la duda surgía habida cuenta, que habían transcurrido ya entre 40 y 50 años de matrimonio entre las
pacientes con sus esposos, ambos de primeras, únicas y ultimas nupcias.
La inquietud era tremenda, pero el colofón del sueño resulto casi exquisito: se escucho que ambas -crease
o no- comentaban lo guapos que veían a sus consortes que resultaron al cabo de tantos años "bienes tan durables, dulces y
aun apetecibles".
Todo fue a tal extremo que las dos señoras -dijimos al principio que eran 4 matrimonios en el sueño-
específicamente las que no se habían operado, demandaban con alto interés y urgencia, la dirección del medico, para
lograr, también, ver a sus maridos con menos prejuicios digamos: con "otros ojos" mientras rondaban en el aire palabras
tales como "los sueños sueños son" o "la vida es sueño".
J. F.

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