jueves, 26 de marzo de 2009

UNA REPLICA NACIONAL DEL INSPECTOR POIROT

UNA REPLICA NACIONAL DEL INSPECTOR POIROT

Después de una educación primaria en la escuela laica y del secundario, ciclo del Otto Krausse -egresado en 1948- los avatares de mi supervivencia económica me arrojaron a una impasse hasta 1987, allí tomo conciencia de mis escasos rudimentos históricos y fortuitamente recalo en los cursos para la tercera edad de la UBA.

Recién entonces advertí que sabía muy poco y que jamás me conformaría así absorbiera, cada día, nuevos elementos ilustrativos para mitigar mis falencias.

Como introito lo dejo aquí. Vamos a los detalles; dejemos atrás la Generación del ochenta, el trazado de los ferrocarriles, los puertos, la inmigración; y, ese ascenso que finaliza con el crash económico de 1928 y el decreto de preferencias imperiales de Inglaterra favoreciendo a sus súbditos asociados del Commonwealth (principio del fin).
La eclosión nacional trascarton de la crisis profundizada en 1930 con la caída de Yrigoyen, la sistemática década infame que le sucedió, la revolución del 4 de junio de 1943, la irrupción de Perón, su primera presidencia 1946-52, con reelección 1952-58 interrumpida por su derrocamiento en 1955.
Sigue el advenimiento de la “Revolución Libertadora”, el gobierno de Aramburu - Rojas; la constituyente de 1957, el ascenso de Frondizi para el periodo 1958-64 derrocado en 1962 con un interregno hasta Illia también depuesto en 1966, con la aventura de Onganía "virrey" pretendido por 20 años que, no obstante, sucumbe en el "Cordobazo" de 1969.
Luego el general Lanusse y su "Que no le da el cuero..." y las elecciones triunfantes del "tío" Cámpora, su prematuro renunciamiento y la vuelta del viejo Perón, enfermo y amortizado, presidente en 1973 y su fallecimiento en 1974; Isabelita y sus revolucionarios comandantes en jefe: Videla, Massera, etc., que deponiéndola sumirán a la República en el más aberrante genocidio que segó la vida de una generación entera, que evidentemente está faltando hoy día en el país, privándolo de las inteligencias que le son menester.

Entre tanto el temor de la mediocridad priva a muchos jóvenes de su posibilidad de surgir porque los que están arriba defienden a codazos sus posiciones que pretenden perennes.

En medio de tanta penuria renace la democracia con Alfonsín, recuperamos la dignidad y la magia de vivir libres, luego todo es un espejismo porque el establishment no le permite completar su mandato, que le es arrebatado.
Y luego...ese luego que es tan cercano donde "el ilustre riojano", dilapidando detrás de cada una de sus sonrisas y sus rostros llenos de increíble ingenuidad mientras las circunstancias creadas nos inferían las más atroces traiciones a nuestra identidad nacional rifando el patrimonio nacional "al peor postor".

Son, si se quiere desde 1880 hasta aquí, 120 años de trayectoria histórica que parece no enseñarnos nada. Ni siquiera recordamos los versos del Martín fierro que rezan "los hermanos sean unidos en cualquier tiempo que sea...".

Cuantos intereses "superiores" de otros países, de sus servicios de inteligencia, de sus capitales volando sobre nuestras cabezas como aves de rapiña, y nosotros, ciegos, sin atinar a verlo ni encontrar el antídoto que neutralice el cipayaje en defensa de los más altos intereses "Que a nosotros también nos deberían asistir". ¿Por que no?

Pero bueno...ya no es hora de llorar sobre la leche derramada. Somos conscientes que las fronteras han desaparecido. Que las penetraciones militares no son ya ni a fuerza de bayoneta ni de misiles. Ahora son descarnadamente económicas a través de "lobbys, elegantes, políticos, y muy arteros" queriendo convencernos que nos conviene lo que realmente les conviene solo a ellos.

Nosotros entre tanto estamos como en un símil que ojalá sea feliz para ubicarnos de una buena vez:
Un matrimonio decide hacer una gran cena para celebrar con los seres queridos sus bodas de oro. El marido propone el plato de entrada. La esposa el plato fuerte. El se encarga de sugerir las bebidas acordes a cada momento del evento; ella sigue con los postres y finalmente él se hace cargo del brindis, la mesa dulce y el café. Están intima y totalmente de acuerdo pero...no lo pueden hacer: Carecen de la posibilidad de comprar las viandas para el festejo.

El país con nosotros todos está igual. Somos testigos de una situación económica decadente, comercios que se cierran por doquier, supermercados gigantescos que facturan cada vez menos. El Estado por imperio de todo y de los "malos hábitos" no recauda impuestos. Estos se perdonaron oportuna y graciosamente a los mayores contribuyentes y el gobierno no puede atender consecuentemente la educación, la salud pública, la seguridad y mucho menos elaborar planes para absorber a los cuatro millones de desocupados y subocupados - talón de Aquiles y meollo del problema de fondo - pero...¿Quien invertiría en el país tras la descalabrada gestión de los dirigentes sindicales que llevaron a la Nación desde épocas que arrancan desde los años 50 a que los capitales elijan otras latitudes para invertir y aun hoy siguen agitando aguas encrespadas que cada día - por cansancio - ya no encontraran sustento?

Todo esto evidentemente no lo puede resolver, como panacea, una nueva "ley laboral" que en verdad no reforma nada porque lo que no hay son puestos de trabajo. Porque no hay inversiones. Porque hay cierres de fábricas y porque no hay apoyo a una política industrial y porque no somos competitivos y porque todas las manufacturas vienen de la órbita foránea a quienes además debemos abonarle el IVA.

Porque desaprensivamente abandonamos el campo, sin pensar en que son imprescindibles silos para almacenar la producción para que no se pierda.

Porque obnubilados como estamos con tantos problemas parece que no atináramos a solución alguna.

Para concluir, hace tres o cuatro años fui a la presentación de un libro sobre temas económicos. Allí se avizoraban dificultades que nos atormentarían luego, y, era cierto. En rigor de verdad sucedió pero me permití en un momento decir a los panelistas sobre la clarificación de los temas que estaban evaluando y cuyos tópicos giraba el libro pero, que sin embargo, todos los diagnósticos expuestos me sabían a como si me estaban entregando un bote que lo tripulaba solo en medio de la tormenta y no me daban remos. Es decir había diagnostico pero no había propuesta de soluciones.

Ahora también, los gobernantes deben ser conscientes de:

a) Los que ya gobernaron y se fueron dejando el desastre que no rodea que nos hagan el bien de no volver ni en el 2003 ni jamás.

b) Los que no supieron, no pudieron y vaya a saber que otras yerbas que queden en reserva para que sepamos lo que no hay que hacer.

c) A los que están ahora, a los que tampoco hemos compelidos que asuman tales roles sino que fueron ellos los que espontáneamente, imbuidos de esa "chispa" que no atino a calificar pero que deben demostrar porque están allí, que renuncien a sus grandes emolumentos, si los tienen, que se arremanguen y que se quemen las pestañas buceando soluciones.

Las situaciones son preocupantes en grado superlativo, hay conflictos sociales por doquier. Es como si estuviéramos sentados desde hace tiempo sobre un polvorín que amenaza estallar y que aun, por suerte, no lo ha hecho.

No es vergonzante llamar a todos los probos, los afines, y quedar en asamblea permanente hasta que se pueda emerger ahora.

"Si no lo hacemos nosotros por nosotros, ¿Quien lo hará?".
"Si no lo hacemos ahora, ¿Cuando?"
Nuestro país generoso, crisol de razas, merece una salida feliz. ¿Verdad?

Entonces ¿Por qué esto?

Nos esta faltando ese investigador nacional, réplica de aquellos famosos detectives cinematográficos que de, por fin, con la clave y solución para saber por qué y cómo salir.

Jacques Farji
DNI 4056949

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