martes, 3 de marzo de 2009

CON EL CORAZON ENCENDIDO

CON EL CORAZON ENCENDIDO
EN EL BUENOS AIRES FANTASTICO.

Como entre sueños, a raíz de que cada época y latitud disfruta o padece sus propios avatares, los Reyes Católicos de la España post inquisidora, armaron sus galeones y los lanzaron en pos del mundo como desde el túnel de los tiempos.

En aquel principio, 1530, arribaron a nuestras costas, de la mano virginal de Santa Maria, que se adicionó al De Los Buenos Aires. Incipiente villorrio que hacia 1800 era “la gran aldea”, y en 1900 “el Dorado”. Así devino en puerto cosmopolita, crisol de razas, que huyendo de la guerra de 1914 entraban por el Hotel de Inmigrantes ansiosos de “hacerse la América” en el ” granero del mundo”.

Cuando en las provincias vivir se hizo esquivo por los vientos hostiles de latitudes lejanas le migración interna hallo en la gran urbe -capital desde 1880-polo de atracción rutilante sinónimo de oportunidades, modernidad, confort , y progreso con provenir. Aún con la memoria nimbada de nostálgicas reminiscencias traían en sus alforjas ilusiones mientras sus rostros, de ojos desorbitados denunciaban su asombro pueblerino.

Entonces ya era nuestro Buenos Aires que crecía a mordiscones gritando, es un trompo, una moneda de cobre, un arroyo de fantasía debajo de la cancha de Atlanta o una alcantarilla sin respiración, en el viejo cordón, de la porteñísima ciudad amada, con su poesía, a veces drama ora comedia, todas de una autentica verdad, la nuestra.

Allí nos empieza a devorar una exquisita sensibilidad, envolviéndola de ternura, es una flor, como la vemos, inmaculada, con el respeto a una madona.

Y de pronto, con la musicalidad de nuestras almas estallan sones canyengues, es nuestra música popular, El Tango, rescatado de ese ayer tabú, ahora refinado por Gardel En New York, con Canaro en Paris o de la mano de Pugliese en el ignoto Japón; en Colombia lo hacen de su propiedad y en Europa se extasían Ámsterdam, Varsovia, Roma, Berlín y Moscú

Ya… las nieves del tiempo pueblan nuestras cabelleras y la memoria se hace difusa, privándonos de detener ,el paso de los años que se hace loca utopía, pero ¿ quien nos puede impedir que el agua de la lluvia nos sepa a sonidos traviesos con los sones del tango que acompañan, con su silbar, compadritos gorriones desde las copas de añosos árboles .que ejecutan las orquestas?.

Tomemos, cada uno, la mano del que está a nuestro lado, fuertemente, aunque los ojos húmedos .nos delaten, vamos a asir todos, con rotundo afecto a este BUENOS AIRES FANTASTICO, antes que el túnel del tiempo lo retrotraiga porque para quienes lo hemos conocido y disfrutado ha sido una inolvidable experiencia de vida.

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