lunes, 9 de febrero de 2009

ESCALA DOLOROSA

ESCALA DOLOROSA

Primero partió mi abuela materna:
SARAH en 1952 como un roble
añoso que troncha el destino con
heridas de la pérdida de su afecto
De esas que no suturan jamás.

Luego en 1984, el bondadoso
Corazón de mi Padre, dijo “no
Va más”, y en el dintel de la
puerta, hacia el sanatorio
se desplomo, dejando un vacío
insondable imposible de asumir.

A finales de 1999, fue mi aguerrida
Madre, que tras una internación de
dos meses –a los 96 años- un relámpago
en sus ojos nos indicaba su partida.
Llevándose el inmenso orgullo que
tenia por sus hijos y ella su gracia
Y su frescura de ser eminentemente
social.

La carrera del dolor frustro la vida
de Marcos Ubaldo –mi hermano menor-
hacia el 2001 dejando el resquemor
de que había tomado un turno que no le
era pertinente, que me reprocho, y
quedé sin mi compañero del camino...
2007, DIANA tras largos 18 meses de cruel
sufrimiento, mi hija amada primogenita
queda escindida fisicamente de nosotros:

Sin duda generosa y brillante,
bella su alma, derramó
entre nosotros su “luz”
para compartirla, y alcanzó
para iluminarnos a todos.

Desde este cono de sombras,
el que nos sume su ausencia,
comprendemos como hemos
muerto un poco en cada una
de las desapariciones físicas;
que de aquí en más estamos
dentro de un laberinto del que NO
se sale y el que hay que aprender
a soportar, por el dual instinto
de querer seguir viviendo, para
hacerlos vivir a ellos en el recuerdo,
y porque queremos monitorear a
la familia que existe, como un
mandato...una sentencia...
de nuestros ancestros....
nuestros genes así lo exigen.-

JFA 05-12-2008

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