martes, 24 de febrero de 2009

"LOS CORPIÑOS DE BARBARA"

“LOS CORPIÑOS DE BARBARA”

VOCABLOS NECESARIOS:
NIDO
MOÑO
CURANDERO

Ampuloso es el desarrollo geogáfico que provee conglomerados pueblerinos por millares, en uno de ellos aconteció que “había una vez” un opulento “señor”-en adelante “don Leoncio”, cuyas riquezas materiales lo hacían imperativo, fatuo y casi indeseable.

Pero otra personalidad también ocupaba la atención de la comunidad era la de Sergio Barbará, diminuto, culto, refinado; las malas lenguas divulgaron la versión de que era homosexual. Algunos se escandalizaron y mal informados trataban de buscarle un curandero que lo aliviara.

Ocurria que el mancebo tenía un estilo y poco importaban las insidias de los hombres, a menos que pusieran en dañarlo toda su inteligencia. Más tarde comprobaremos que solo fue un estigma sobre una estatua de mármol.

Ya se sabe que” pueblo chico infierno grande” y las reuniones codo a codo, los encontraba a todos juntos en la Iglesia. Integrados en algún” social te canasta” a beneficio, donde un duendecillo travieso indujo a Ethel –esposa descuidada de Don Leoncio- a posar sus ojos sobre Sergio y… como quien no quiere la cosa… se conectaron para comentarse telefónicamente los problemas” más íntimos de la Asistencia Social”.

El acaudalado Don Leoncio tenía, también, hacienda en poblados aledaños y cada vez que salía pernoctaba en el lugar obligado por la distancia y porque se sentía un poco “marinero”, sosteniendo apasionados encuentros con alguna “chinita lugareña”, a la que él “ayudaba”.Lo asaltaba un poco el miedo de ser descubierto pero no podía liberarse de la tiranía de esos romances, aunque no andaba suficientemente confiado.

Sergio y Ethel, se habían confidenciado, había que sortear que medio mundo tratara mal al otro medio mundo, en todo caso ellos estaban consustanciados en un mismo sector de atracción y convinieron en aprovechar “las veladas” de don Leoncio, para su propia distracción satisfactoria en el nido del supuesto desviado sexual.

“Tanto va el cántaro a la fuente…….” Un día Don Leoncio se sintió mal y volvió anticipadamente, craso error, no la hallo a Ethel en su casa, pero “avisado que fuera, nunca falta un comedido” , concurriendo al lugar del hecho los hallo juntos.Imaginan la escena y su estupor-en fin el de todos- su señora esposa jugaba con el “perrito” de Sergio- en adelante DON SERGIO- varón con mayúsculas y bien dotado al que había adornado con un moño ,y lo manejaba entreteniendolo, como un pendulo……………………

En un rapto emocional, don Leoncio advertía que quien habla con claridad, tiene el espíritu claro y el desconocimiento es el primer paso hacia toda realización, por lo que antes de desmayarse gritó: “¿infames…estos…estos. Estos… eran los corpiños de Barbará?.-

JFA 19-07-04

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