martes, 24 de febrero de 2009

LA RAIZ DEL MAL

LA RAIZ DEL MAL

Muchos son los avatares e imponderables que enmarcan las etapas de la vida en la colmena humana.

Cíclicamente tocamos fondo y de pronto la saturación nos compele a embanderarnos en una suerte de superación que nunca es tal.

En efecto, cada vez que la creatividad popular desborda las estructuras demarcatorias que las elites gobernantes de turno fijan limitativamente, todo comienza a desvanecerse porque en la mediocridad inferiorizante de los que dirigen cunde el miedo de ser superados.

Y así, para mantenerse en el poder pactan con lo peor: jueces venales, policías corruptos, políticos indignos y con los cipayos que siempre están atentos.
Entonces como arreglar este árbol que consuetudinariamente se permitió dejarlo caer, corroerse hasta las raíces?-

No es fácil, las clases dominantes, modernamente globalizadas, precisan generalizar el caos “dividir para reinar”, y así en todos los estamentos, hacia abajo, sucede otro tanto.

Concluyendo nada se podrá retrotraer de donde se ha escapado si el ESTADO no se asume como timón de una SOCIEDAD, desquiciada hasta que no retorne a cumplir con sus altos cometidos para lo que básicamente lo inviste la Constitución Nacional.

Entretanto es ocioso impulsar leyes que no tienen asidero para que tengan posibilidades de practicarse. El ESTADO que vuelve a recaudar impuestos no los destinara a cimentar su propio poder político: si gobierna para el pueblo debe dar obligatoriamente EDUCACIÖN a todos en todo momento, sin miedos, TRABAJO para que no delincan; atender la SALUD PUBLICA, porque los pueblos jóvenes deben ser cuidados en su desarrollo y SEGURIDAD PARA QUE LA MAFIAS DEJEN DE ASOLAR EL CORDON SUBURBANO ALEDAÑO A LA CAPITAL y, otras zonas neurálgicas de los feudos provinciales.

Aunque si la raíz del mal emerge de nuestra propia condición humana o si la inteligencia de los mejores no alcanza a superar la perversidad de los poderosos no veo, lamentablemente, la luz ni siquiera al final del túnel.

PD/ son miles de años de desaguisados, de ir contra la naturaleza. Tangencialmente quiero recordar a los sacerdotes tercermundistas, muchos de los cuales se inmolaron por no escindirse de los pobres…pero no alcanza era una gota de agua en el inmenso océano.
JFA

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