jueves, 26 de febrero de 2009

OPULENCIA Y MANSEDUMBRE

OPULENCIA Y MANSEDUMBRE

original RELATO que contiene las
Palabras: TIJERA / INDIO



Hace un par de años, con el boom del turismo, llegaba a Tilcara un contingente que integraban opulentos empresarios nacionales y extranjeros atraídos por el beneficio que supone el quiebre del equilibrio del peso con el dólar 1 a 1.

En un momento dado , un corpulento hombre de tez dorado por el sol y acariciada por lo vientos de las tierras de 7 colores, que a la sazón, asistía a los viajeros en la transportación de sus equipajes hacia demostración de gran destreza física.

De pronto, alguien increpo al trabajador, injustamete, que era a todas luces indio , humilde y correcto lo que precedió a una polarización entre quienes abogaban por él reclamo airado, y reitero caprichoso, y los que optaban por amparar sus derechos humanos.

Quizás no se podrá creer que entre ese cúmulo de gente culta, elegantemente vestida surgiera , inopinadamente, una encarnizada discrepancia que sacaba a relucir aberrantes episodios ciudadanos cercanos.

Alguno encontró oportuno recordar las trapisondas de los bancos – sin distinciones- cuando ofrecieron –una década atrás- tasas elevadísimas para atraer “plazos fijos” , timando a la gente, mientras la tentaban a vender hasta su único habitat cuyos producidos “enterraban engañosamente” en esas casas de crédito, para vivir del “supuesto “ producto. Craso error. Quienes de obnubilaron con esos falsos oropeles, cuando cayeron los intereses , maniobrados supinamente, lo perdieron todo.

Otros señalaron la voracidad de los bancos que ofrecían a su clientela “oportunidades” en participaciones de “fondos de inversión” , que son esos que juegan con la suerte de la bolsa, hasta que comprobaron el boomerang que suponía entrar en terreno “extraño”, cuando lamentablemente ya habían sido esquilmados.

El “acabose” lo constituyo el corolario, en efecto, entraron a tallar la confabulación maliciosa, como todas, cuando atacan al débil , y surgió “el corralito” y la consiguiente confiscación de fondos sobre los que oportunamente se habían dictado las “leyes de intangibilidad de los depósitos” y tuvimos que ser testigos y actores de las condiciones en que naufragaron las reservas de gentes ahorrativas y confiadas tanto como burladas.

Entonces uno de los contrincantes, el que llevaba la peor parte, el más artero, intentó componerla y le ofrecía al indio y su familía , demagógicamente, llevarlo a su servicio a Buenos Aires , con casa y comida, en su estancia próxima a la urbe.

El hombre lo miró con sus ojos penetrantes y la sabiduría que emana de “la pacha mama” y sin dudar le espetó: “mire señor hace años que con esta tijera –y se la saco del cinto- cosecho el alimento para los míos y para mi, y con otra más pequeña y domestica, mi compañera corta la ropa y la cose para todos nosotros. Techo tenemos. Entonces ¿para que?, Le agradezco pero no me agradaría, en un momento, perder los estribos y usar la tijera para extirpar las extraviadas ideas de su cabeza. ¡No….no…..mejor no!.-


JFA

No hay comentarios:

Publicar un comentario