lunes, 27 de julio de 2009

NUBES...NUBES SON CIELO EN "ARGENTO"

NUBES... NUBES SON CIELO EN “ARGENTO”
Caro anhelo en un Relato histórico- JFA

CAPITULO I

Desde hace muchos años feraces llanuras, imponentes cadenas montañosas, atrapantes sierras, lujoso litoral mesopotámico, y, extensas playas oceánicas enmarcaron, al Sur del Continente Americano un conglomerado que en 1554 se denominaba, en el Mapamundi, Tierra Argentea.

Luego, los lugareños, sabrían que el nombre final de ARGENTINA, que de ella se trata, proviene del vocablo Latín Argentum, que significa plata, valga la paradoja de la modernidad, abultada deuda externa + blindaje mediantes.

Naturalmente nadie iba a imaginarse que aquella alborada radiante que nos iluminaba en los albores del 1900 derivaría en este deterioro increíble, de ciencia ficción de esta actualidad a inicios del 2001.

Pero bueno... aventemos este dolor que certifican nuestra insobornable visión ocular, reconociéndolo, y volvamos a las pampas y llanuras, con ríos y mares, con límpidos cielos cruzados por todos los vientos y, saturados de riquezas naturales.

Los pobladores autóctonos, entretanto, eran componentes tribales de orígenes diversos según fuera la inserción, en el dilatado territorio, más de 7.000 kms. de N a S y más de 3.500 kms. de E a O.

Claro, simultáneamente, desde la creación, existían de antaño todos los continentes y, por su abundancia, aun se habla todavía de alguno perdido...

Europa poblada, quizás con antelación, tiene por imperio de la “condición humana” que traemos en nuestro orillo, de origen, quizá antes de la etapa primegenia de nuestro “estado de naturaleza”, que ni la posterior “globalización” interferiría, generando conflictos que fueron necesarios erradicar.

A esto le adicionaremos el ansia de poder expansionista, válvula de escape, que nunca será tal, a que se veían compelidos los Monarcas de Inglaterra, Francia, Portugal, España, Holanda, anque otros, que no es que omitamos, simplemente optamos por continuar el hilo, que demoraríamos, de otro modo.

Todo tuvo inicio con algunos visionarios alucinados y, una gran raigambre de delincuentes, forajidos, presidiarios, y muchos aventureros que le pusieron condimento y sazón a las riesgosas expediciones.

Así pintado, escuetamente el panorama, no se podía aguardar de los incursores un recalar pacifico de evangelizaciones. Por otra parte los invadidos no los iban a recibir con alharacas y fiestas porque sentían que les venían a quitar bienes que tenían como propios –su hábitat- y se defendieron en inferioridad técnica.

Los conquistadores sabían que tenían que salir airosos, la distancia recorrida era sideral para la época y no había retorno. Usaron todas las persuasiones con los indígenas, agasajándolos con latones herrumbrados y espejitos.

Ya tuvo uso lamentable la palabra genocidio que se llevo, se calcula, medio millón de almas, que fueron sacrificadas en “aras del mandato divino” de los incursores.

Es decir no se quedaron en chiquitas, fue a Sangre y Fuego que se colonizo la tranquilidad natural de los autóctonos que en un par de siglos comenzaban a extinguirse dando lugar a mulatos, mestizos, criollos y toda suerte de mezclas ejemplarizando las cruzas con franco-británicos.

La parte institucional: Posesión de la Corona Española se conoció jurídicamente como Virreynato del Rió de la Plata incluyendo nuestro territorio, La Capitanía de Chile, Alto Perú, Bolivia, Paraguay, Sur del Brasil y la Banda Oriental del Uruguay.

Mas tarde, incidias, derivarían en las luchas intestinas que mutilarían tal territorialidad incluyendo pugnas Españolas-Portuguesas (Película La Misión Paraguay) cuanto por la piratería Franco-Británica y en menor medida se conocieron incursiones Holandesas.

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