lunes, 27 de julio de 2009

CAPITULO IV

CAPITALO IV

Argentina comenzaba a salir de la experiencia de la inmigración, los hijos de aquellos pioneros, trabajadores sacrificados, se hicieron con esfuerzo universitarios, el liberalismo no se sostenía en los avatares que lo impactaban e invento una salida gatopardista en 1912, instituyen la Ley Saenz Peña –voto secreto y obligatorio- creyendo que acertaban”a que algo cambiara para que todo siguiera igual”.

Pero 1916 alumbro una sorpresa, en los brazos de los votos de los “nuevos doctores” fue ungido, por el voto popular, “el peludo” don H.Irigoyen (1916-1922). Tras su gestión llega M.T. de Alvear (1922-1928) y tras cartón la reelección de H.Irigoyen, ya viejo y enfermo, en medio de los coletazos del crash europeo económico y mundial que reflota el viejo odio conservador a los que les había arrebatado el poder, legítimamente, y, que nunca se lo perdonarían. Entonces fue que a expensas de tal momento histórico montan su derrocamiento al que tiñen de olor a petróleo que él –Yrigoyen- había nacionalizado.

Lo sucede el Gral. Uriburu producto del golpe espureo, y a este Agustín P. Justo 1932-1938 y la “década infame” de fraudes y atropellos. La continuidad da a Ortiz-Castillo para el siguiente periodo 1938-1944.

El Dr. Roberto M. Ortiz no resulta potable a la instrumentación conservadora y tal regresión colabora para su envenenamiento y muerte. Como consecuencia de su diabetes.

Asume el Vicepresidente Ramón S. Castillo, depuesto por un golpe militar que enmascara la continuidad evitando el próximo triunfo que se esperaba por parte de la U.C.R.

El golpe militar lo lidera el Gral. Rawson seguido por Ramírez y por ultimo el Gral. Farell.

De todos estos prólogos llega el advenimiento del Cnel. Perón Ministro de trabajo, acaparando los de Vicepresidente y Ministro de Guerra. Los celos de militares y civiles producen el 17 de octubre de 1945 que libera a Perón –encarcelado-de su prisión en Martín García y lo instala por 10 años en la cresta de la ola y el Poder en Argentina.

Se recuesta en los obreros de quienes hace sus interlocutores y les demuestra escucharlos, inédito en política de nuestro país. Llega a la Presidencia por el voto popular para el periodo 1946-1952 y es reelecto posteriormente para 1952-1958.

A estas alturas digamos que la apoyatura que le dio Eva Perón fue inestimable. Pero... finalmente avatares económicos los hacen tambalear después de haber adquirido para el país: ferrocarriles, gas, electricidad, Aeronáutica, Flota Marítima, Obras Sanitarias, todo lo que la década del 90 veríamos dilapidar en esa oportunidad. Por la gestión cipaya.

Perdido, entonces, el apoyo popular obrero, el de sus Camaradas de las tres armas, habiendo cosechado al clero como su más encarnizado enemigo y con el arco político desfavorable fue derrocado por el golpe del 16-06-55 y conoce el exhilio por 18 largos años.

Entretanto en 1955 en Argentina esta triunfante el Golpe del Gral. Lonardi que asume el 23-09-1955 pero debe ceder su lugar al Gral. Aramburu hacia noviembre de ese mismo año.
En 1957 hay elecciones constituyentes y en 1958 presidenciales generales de la que asume para el periodo 1958-1964 el Estadista Dr. Arturo Frondizi. Derrocado militarmente hacia 1962. Hay un interregno con Guido en el poder con elecciones generales en 1963 de la que sube Illia –radical-con algunos sectores políticos excluidos. El ganador es de una honradez intachable, no obstante es derrocado en 1966 por el Gral. Ongania que llega para ser un “artífice” por 20 años. Sin embargo 1969 produce el “Cordobazo” episodio -de reclamos sociales encarnizados- que da por tierra con sus sueños de gloria que se hacen añicos.

El General Lanusse, tiene su turno, lidera la recuperación institucional que da triunfante al “tío” Campora –justicialista- que sacrifica su triunfo para que pueda intervenir en una nueva justa electoral el Gral. Perón que retorna del exilio “Amortizado” y envejecido con dolencias físicas que serán, en breve, insalvables para “Pocho”. Así es que asume en 1973 con poca vida falleciendo en 1974. Asume su Vice “Isabelita” devenida circunstancialmente por el vinculo matrimonial que la unía a Perón como otrora lo hizo “Evita”.

Queda envuelta en una maraña de dificultades institucionales, insidias, violencias y magias de espíritus deleznables y por fin las conspiraciones militares de sus propios ministros de las tres armas la hacen sucumbir en 1976.

Y... una vez más seguirá la égida de “todos contra todos” donde la realidad parece enrostrarnos aquellos de que “todos sabemos lo que tienen que hacer los demás, pero ignoramos que debemos hacer nosotros”.

Así el Gobierno de supuesta reparación nacional cayo en los brazos de las luchas intestinas, una vez mas, dejando enmascarar los reclamos sociales insostenibles con el desacierto de titularla subversión y entonces el país conoció: robos, atropellos, asesinatos, despojos materiales, apropiaciones infamantes de bebes arrancados a sus madres, sacrilegios imperdonables en los cabecillas que se titulaban creyentes religiosos y finalmente un genocidio descarnado que sacrifico 30.000 jóvenes notables, del mejor intelecto, y potenciales dirigentes con probabilidades de liderar la Nación. Contrariamente nos hemos sumido en una larga noche de que aun no podemos emerger.

Por si todo aquello fuera poco, debemos señalar lo ominoso de la Guerra de las Malvinas que en 1982 nos mostró un resultado dual:
a) el baldón del cual nuestro pabellón, traicionado y vencido, después que “jamás había sido arriado al carro de ningún vencedor de la tierra”, y
b) la paradoja de que tal oprobio dio lugar a la extinción de la nefasta dictadura.

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