BUCEANDO EN EL REGIO BUENOS AIARES DE…1937…!QUE MOMENTOS¡
DIOS ME PUSO SOBRE VUESTRA CIUDAD.
COMO UN TABANO
SOBRE UN NOBLE
CABALLO PARA PICARLO Y
TENERLO
DESPIERTO
(GRACIAN)
A veces
resulta notable como la cassette que guarda todas nuestras memorias, se conjuga
para desarrollar los eslabones de historias que se desenvuelven en dos o más
lugares diferentes para concluir en un barrio de la Ciudad de Buenos Aires –“La Reina del
Plata”- en uno de sus mas
Populares
y concurridos.
Mi hermano
menor –Marcos- (2 años y 4 meses), nació como yo, en C.de Patagones, cuando éramos
pequeños –nuestros padres- nos compraron un Sidecar, yo conducía y él era mi
acompañante.
Trasplantados
a la Capital Federal en 1937 nos
instalamos unos días en el Hotel de la Paix, y elegir donde afincarnos, resulto
Vera 288 –a estrenar- 1° piso a la Calle en la casa de Los Margulis,
empresarios en molinos de viento. Pero a los dos años nos mudamos a Luis María
Drago 150… de Don Santigo Fabro, allí
digo en esa época conocíamos, todos los
chicos del barrio, a un cabo de policía,
de la sec 27 “CARLITOS” un hombrón rubio de bigotes, alto como casi de 2
metros, de alto, bonachón y compañero de
todos nosotros que lo teníamos como un protector, era “Argentina Año verde” y
el cumplía su misión de protegernos largamente.
Cuando
corrían los carnavales de 1940, los dos, con nuestra Madre nos dirigimos una
noche a uno de los corsos más hermosos
que conocí en esa época, el de Villa
Crespo, solo superado por el lujoso de Av. De Mayo –que era palabras mayores- .
Ahora
verán, caminando por avda. Corrientes
–entonces todavía Triunvirato- nos
cruzamos con amistades de Mama .estábamos frente a la comisario Sec. 27 (entre
Malabia y Acevedo), conversación va, charla viene -¡de pronto¡…Marcos no
está…desapareció” como un Hada que esfuma detrás de los espejos”…no lo
hallábamos en ningún lado…
Con
Mama estábamos desesperados. Imaginen el cuadro, yo seguramente siguiendo los
juegos carnavalescos, me distraje, y arribábamos a ese momento crucial. Es
duro. Para colmo mi Padre se hallaba de viaje -.en Patagones- por su negocio, a donde viajaba
periódicamente.
Entonces,
y solo entonces, nos dirigimos prestos a
la Sec. 27. Allí mismo, enfrente, como dije, le comentamos afligidos –al oficial
de turno. Lo que no acontecía , que habíamos perdido contacto con mi
hermanito, Recuerdo la atención de la
policía, un lujo verdaderamente, así fue que le explicitaron a mi Madre que no
se preocupara –que lo hallarían- para llevarlo a nuestra casa, entretanto que
nosotros volviéramos, allá, a nuestro domicilio.
Eran
unas 4/5 cuadras de distancia –ya
estábamos casi sobre las 23 hs- mi Madre
y yo desolados, no solo por como se lo comunicaríamos a nuestro Padre sino por
el chico, que no era meramente solo una
persona más que pasaba por el corso, era! mi hermano¡ ¡Caramba¡.
Por
fin nos íbamos acercando a la puerta de Casa …donde increiblemente Marquitos…estaba sentadito en el umbral de la
puerta…aguardándonos. Tendríamos 8 años él y 10 yo y no se desubico. Así fue
que nos tranquilizamos, no hubo reto, al entrar a Casa…enseguida tomamos la pelota y a jugar en
el patio, si rompíamos algún cristal, esa noche no habría reprimenda y mucho
menos castigo.-
07-05-2016
–caba- jfa.-
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