miércoles, 4 de abril de 2012

REFLEXIONES DE VIDA

REFLEXIONES DE VIDA

Hay cosas demasiado bellas para poder describirlas con palabras, antes bien, hay que admirarlas con meditación y silencio para poder apreciarlas en plenitud.

Se necesitan pocas palabras para expresar lo esencial, los discursos extensos solo sirven para adoctrinar y confundir. El silencio es a veces más revelador que un cúmulo de palabras.

Mira una madre con su hijo cargado, el bebe sabrá obtener todo lo que de ella quiere, sin necesidad de decir nada.

De hecho las palabras deben ser como la envoltura de los pensamientos. No son necesario discursos muy largos para expresar lo que siente el corazón.

Es que una mirada puede decir más que mil palabras. Creo que la sabia naturaleza no dio una sola lengua y dos orejas para que oigamos más y hablemos menos.

Si lo que vas a decir no es mejor que quedarte callado, para que decirlo; cuanto más grande y generoso es el corazón, menos son las palabras que se necesitan para expresarse.

Hace falta recordar estas sabias y filosóficas palabras: las palabras verdaderas (la verdad) no siempre son bonitas, pero asimismo las palabras bellas no siempre son verdad.

Es propio de las mentes grandes, hacer entender, muchas cosas con pocas palabras. Los espíritus pequeños, por el contrario, tienen el don de hablar mucho, y no decir nada. (¿de quien se recuerdan?).

El que sabe oír luego sabrá usar lo que oyó. Es que para decir “te amo” solo hacen falta 2 palabras, todas las demás son superfluas.. “Si” y “No” son las palabras más cortas y fáciles de decir, pero son las que acarrean las consecuencias más trascendentales.

Para que el ser humano aprenda a hablar hacen falta 2 años, para que aprenda a callar…toda una vida.

Ser comedido al hablar es prueba de gran sabiduría. El que mucho habla en vez esclarecer los casos, los confunde. Es que el que mucho habla, mucho se puede equivocar.

Investigación: JFA 26-03-2012

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