lunes, 29 de agosto de 2011

Postales que abraza el corazón

Postales que abraza el corazón

Aprendí que el tiempo es inasible,
que pasa velozmente, que todos los
semejantes debemos dialogar para
entendernos, sin que prive el ego
porque la verdad nunca es absoluta,
y somos finitos.

Una voz docente desde mi izquierda, sugiere que Elena, una dama con trayectoria, que de antigua no tiene nada, antes bien es una moderna expresión de la laboriosidad creativa en edición aumentada y corregida exhibiendo lúcida iniciativa manual y escrita, intercambie con el suscripto las frases indicativas logradas a los efectos de un ejercicio literario, todo un honor, para mi expectativa.

Obediente del orden que integramos y que es menester observar para que la armonía no encuentre fisuras, sin preguntar ¿por qué? me allané al emprendimiento que de esta manera respondía al disparador, dado que “donde manda capitán no manda marinero”, lo cual engendraría, claro, un caos inaceptable

Inmediatamente comenzaron a revolotear, como sacadas del mazo de esos naipes del recuerdo, bandadas de postales preñadas de viñetas que me envolvieron, y mientras me tomaban metafóricamente en sus brazos, iniciábamos juntos esa ronda inolvidable de dulces remembranzas que naturalmente, estremecen al corazón, y no se pueden evitar.


Así empezaba a redescubrir una a una las semblanzas de mi derrotero humano, como el de cualquier otro, solo que este era mío, muy mío, entrañable desde la “inicial”, al ser lanzado por la Providencia, a esta aventura propia de vivir, donde lo más importante era una cuna llena de amor, que todavía siento que me acaricia y me ampara acorazándome.

Quizás ese sea el motivo primordial de mi enorme auto estima que siempre llevé a mi lado como un estandarte. Enseguida los primeros años, la vida que ya no se detiene; llegan los hermanitos y aumenta la felicidad; entonces de improviso el primer grado. ¡La Escuela!.¡Mi guardapolvo blanco!, ¡el moño azul con lunares! impecable; en el marco de la plaza pueblerina, con la municipalidad, la comisaría y la Iglesia presidiendo el conjunto. En la manzana siguiente la confitería.¡Un lujo!.

Las secuencias que se suceden son la vorágine misma de la existencia. El porvenir de los hijos hace a mis padres dejar el terruño de nuestro advenimiento, en la tarde del domingo 6 de marzo, mientras los meteoritos abrían los cielos y la tierra como llorando la despedida que también afligía a nuestros absortos espíritus de niños.

La continuidad, con el contraste de una mañana soleada que nos deposita en la gran urbe que te obnubila mientras te atrapa y ponemos la mejor voluntad para adaptarnos tanto a uno de los 100 barrios porteños como a todos. A la vez continuar la escuela, hacernos integrantes de la barra de la cuadra para los desafíos del fútbol contra la otra cuadra.
Y sin decir agua va una postal diversa que trae responsabilidades, dejar la etapa infantil atrás para entrar en la pubertad. ¡El primer pantalón largo! ¿Se imaginan? momento preciso para empezar a mirar al sexo débil en ese despertar a una pléyade de emociones inéditas, con una simultánea: La Escuela Secundaria ese primer eslabón importante de un verdadero inició hacia el salto en el trampolín del triunfo, y entre bambalinas el sutil consejo paterno: “hijo hoy quien no tiene un titulo no es nadie”.

¿Cómo defraudar a un padre bondadoso, carismático, culto, ejemplar humano único, y a una madre obstinada que trajinaba la casa de la mañana a la noche, con la fuerza y el coraje de una enorme mujer, agradecida a esta tierra a donde emigro como mi padre desde Turquía?. Entre otras muchas cosas no olvidaré jamás que ella, en medio de su faena diaria cuando cumplí 7 años me enseño a entonar el Himno Nacional, que lo valoro tanto porque fue así como asumí la identidad con mi generosa Nación Argentina sin dobleces mientras aliente vida.

No puedo ni debo soslayar a la otra barra de la esquina de Serrano Y Corrientes con Mario, El Nano, Julio, Jaimito, Samuel, Héctor, Luis Ángel, hoy en su mayoría los imagino por que han iniciado, “el viaje”, casi todos, con apuro de anticipación, y ya nos volveremos a encontrar mientras los recuerdo abrazándolos a cada uno contra mi pecho. Ese café amistoso, un truco y nuestras cuitas quedan siempre en la evocación más afectuosa.

Todavía recuerdo, que no cabía en mi orgullo, cuando caí al barrio de uniforme y birrete como soldado honrando a la Patria cuanto a San Martín, Belgrano, Moreno, Sarmiento, y tantos otros “padres fundadores”, un honroso cúmulo de próceres, de una historia inacabada que todos tenemos que escribir porque será modelo para las generaciones venideras -¡Loado sea Dios así lo quiera!-, para que nuestros descendientes se emocionen con los 25 de Mayo y los 9 de Julio a los sones de las Fanfarrias del Regimiento de Granaderos a Caballo con que se saben inflamar los pechos de tanta emoción azul y blanca.

Finalizados los estudios secundarios el imperativo era:”ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Y así fue. El empeño confluyó con el amor y ese sentimiento que lo arrasa todo, y claro, pusimos fecha como culminación del sueño acariciado que comenzaba con una trilogía: el civil, el Templo y la fiesta del casamiento, con la luna de miel, un periplo que nos devolvía a los 15 días a hacernos cargo de todas las responsabilidades inherentes a las felices realizaciones que se empeñaban, en alcanzar, nuestras almas rebosantes de utopías.

¿Qué cambió?. Casi todo…había que asumir esa responsabilidad que no se logra de “taquito”, hay que sufrir, empeñarse, fundamentalmente ser exitoso, es que no había otra, todos nos estaban mirando, ¿como dejar mal a nuestros padres?- ¿Cómo defraudar a la familia de la novia?; era si o si en pos de lograr armonizarnos y cristalizar, las esperanzas de todos, y las propias, porque ahora los conocidos ya no preguntaban ¿cuando se casan?, ahora la demanda era: ¿ya esta en la dulce espera?.

Afortunadamente la mano generosa y ancha del Creador obró el milagro, seguimos progresando con el incentivo de los hijos que empiezan a llegar. Y tras cartón hay que ofrecerles lo mejor, cada tiempo trae su peculiar impronta, para ello hay que adicionar mas dedicación, mas empeño, hasta que la nena llega a ser señorita, tiene… tenemos, nuestras propias amistades y compromisos sociales donde las relaciones son una calle de doble mano con reciprocidades, así fue que buscamos un nuevo habitat aquí y otro estival en Mar del Plata.

En el camino, ley de vida, de improviso van quedando seres amados, que por urgencias de circunstancias varias emprenden “el viaje”, adelantando los tiempos, y para quienes nos quedamos entramos en una abrupta laguna oscura que hay que sortear por el instinto humano de supervivencia y por los que aun nos necesitan y necesitamos recíprocamente, que no son pocos.

Y la casa grande, ante un hecho natural nos trae un problema, el nido se aligera, los hijos hacen rancho a parte con los amores nacientes que nos obligan a aceptar que ”el casado casa quiere”, como de suyo lo habíamos hecho nosotros mismos antes, y hay que respetar la intimidad de cada cual.

Como recompensa van llegando los nietos a nuestro dulce jardín otoñal otorgándonos todas las mieles, siempre que las hubiésemos sabido sembrar, esas mieses del amor, en la huerta inicial, recibidas oportunamente, hasta…que desde el firmamento llega el premio mayor en Violetita –luminosa criatura- la bisnieta, que el 28 tendrá su primer añito:¿que te parece?. Es la gloria.-

Finalmente una de cal y otra de arena; la de cal esa aparición de horribles enfermedades que nos flagelan sin prisa pero sin pausa, porque hace falta inversión en salud para la vida, y no en parafernalia bélica que mata; y la de arena es ese aunarnos en colonias de amistad humana no solo con lazos de sangre sino con los amigos, casi hermanos con que nos obsequia la vida.

Yo ya estoy hecho. Confieso que mi felicidad, es que mis semejantes lo sean.-


JFA 24-08-2011



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