martes, 14 de junio de 2011

ABANICO DE DIVAGACIONES

ABANICO DE DIVAGACIONES

Son tantas las veces que el cerebro humano alucina y pasamos a confundir la realidad con la ficción; es pleno invierno, por ejemplo, en lo más gélido, gris lluvioso y destemplado que podamos imaginar, pero…estamos enamorados porque se nos cruzó en el camino una bella mujer, que con su sola mirada nos alienta, cuando de improviso, en la primera cita, nos dice en la semipenumbra de la tarde que cae: “mira, yo no soy de darme con nadie, pero con vos…no se que me pasa…

Entonces, te das un respiro, está todo dicho, miras hacia la ventana y no obstante como este –aún tenga las persianas bajas- vos la ves luminosa, bañada por el sol ¿pero si es de noche?, llena de flores y colores…¿se entiende lo que te quiero decir?.

Insisto, es de noche, oscura, de esas que no se ve ni lo que se habla, ni tampoco donde se camina, y para vos empero esa noche es como si fuera de pleno claro de luna.

Y, no pasa naranja…pero vos estas embalado y soñas, tenes visiones, ves escenas, flashes, casi sos una costurera hilvanando -en tu testa- un film, que es probable que hasta se haga verdadero aun cuando es aventurado que así lo esperes.

Yo entiendo, no es para que lo hagas, pero de pronto comenzas a eliminar cruelmente personajes, que eran casi humanos…tan verdaderos. Pero no, en un rapto de sinceridad decís: “esto no conduce a nada, voy a parlamentar con mi ego…y volvamos a la realidad…esa que dicen que es única verdad (¿Quién lo dijo?).

Es que estamos desesperadamente tratando de armonizar la forja de una pareja, que anhela tener un hijo, pero ella no queda embarazada porque esta físicamente impedida -¿se entiende el enfoque?- La pareja puede recurrir a una madre substituta –es de estilo- pero en el amor si estas flechado por una ninfa no hay substitución es ella o…ella. Así nomás. Aquí no es como en la política que se unen no por amor sino por el espanto. En la pasión amorosa humana y universal son los sentimientos del alma quienes accionan la fuerza que derrama los dados del cubilete que orienta, agazapado, Cupido de esa unión que se intenta, se desea, se anhela arrolladora, ¡que caramba!.

A veces, cuando me hallo en ese estadio tan especial, me turbo de tal forma que no se por donde continuar, vamos… que quisiera investigar más y me visto el sayo del periodista, claro que no lo soy, para interpretar al actor en el rol de Shakespeare, que naturalmente no me sienta, porque no lo asumo como debe ser, salvando las distancias es mi propio caso.

Lo que ocurre aquí y ahora es que no es mi vida la que esta en peligro, es mi corazón que se puede infartar o mi cabeza perder la razón, motivos mas que suficientes para tomar las riendas de esta volanta aventurera y revelarme la verdad para salvarme a mi mismo de esta impasse inopinada

Todos escapamos a caer en locas aventuras que nos pongan en el laberinto del fauno, donde se haga difícil salir, que quizás sea un viaje apasionante pero que me haga chocar con escollos insalvables, ¿Cómo retorno?. No, decididamente no, es que no es el camino que mejor me favorece.

Pensemos en mundos posibles, nada de bailes en el cementerio, o una triste fiesta de despedida para no volver a vernos jamás, veces me inquiero ¿dónde ir?.¿Es que acaso uno puede escaparse de adentro de si mismo sin enloquecer?. ¡Claro que no!. Entonces no. Mejor no.

Para rescatarme salgo al aire fresco, allí humeo como escapar de este entuerto del que sin entrar me atropello por salir.

Claro yo no pertenezco a esa pléyade de tarambanas que si el unirme a una mujer me sale mal, seria capaz de buscarle quien se haga cargo de ella y saber discernir ¡Eso no! Ya que tampoco es mi perfil por allí.

Es que todo cuanto nos acontece tiene una arista que se llama justicia. Quiero decir… no podemos provocar aquello que nos deprimiría sufrirlo a nosotros. ¿Verdad?.-

Tampoco voy a ser eternamente joven, de suyo ya pasé la barrera del sonido, por decirlo de alguna manera veraz, digo hay lapsos en que lo podemos todo, con plenitud, y otros en que sin dar pena ya no es posible y eso es denominador común para todas las parejas.

No soy un calavera de clubes nocturnos, esa etapa esta pasada para mi, ya la viví, tengo lo puños llenos de aquellas emociones hoy inenarrables porque nadie las creería y queda fuera de contexto andar publicitando virtudes que se tornarían en inhumanas burlas, ¿a quien le importa la historia de la vida de otro fulano anónimo?...mas ¿Quién me quita lo bailado?, ¿verdad? Si todo es mio.

Si hay que ponerse una mascara para tales relatos repararemos en que no es carnaval. Los recuerdos engrosan la “cassette de la memoria” en calidad de tiempo congelado.

Es que ya no es tiempo ni momento para decisiones extremas… si la adultez no trae cordura ¿Cuándo?.

Puedo entender hasta que una madre cometa errores y luego se arrepiente, yo prefiero evitarlos para no llegar a una supuesta despedida vistiendo un rol anodino, y avergonzado le implore:
¡no me olvides!. Preciso instante en que me sentiría indigno. No es mi sendero….yo no camino por ahí.

Las noches, recuerdo, resultaron fuera de serie antaño; los asuntos de mujeres, esos que alimentan la vida, decorándola, esos…esos no se olvidan, quizás, sin petulancia, como no se olviden de mí.

En mi caso ese mundo fantástico que me toco palmar, se fue tejiendo desde la niñez, la casa es la primera escuela, con ejemplos austeros, llenos de dulce severidad y profundo afecto, no los podía defraudar.

Conocí en mi camino cosas bellas y sucias; otras plenas de sentimientos y limpias como el mejor día de sol. Estoy feliz y afortunado acompañado de lucido entusiasmo que me anima a escribir esta suerte de “memoria”…y deseo insistir mientras me den las tabas.

JFA 14-06-2011

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