VERTIGO
Todo me da vueltas. ¿Que me pasa?. Todos los objetos que decoran la habitación parecen parlamentar entre si haciendo al conjunto, a través de sus formas y movimientos indicativos, como que todos se ocupan de mi.
¿Seré tan importante? Me lo inquiero ya que cuando intento dialogar -me sorprendo- ellos supinamente me ignoran; casi desaparecen. Es así como aumenta ese VERTIGO que tantas veces provocan mis desgastadas vértebras cervicales.
No hay a quien quejarse ¡es la vida!... eso si algún fármaco aliviador expresamente recetado –tranquilizándonos- para que no se incremente la velocidad, que a veces, se asemeja a la de un bólido de “formula uno”.
JFA 08-06-2011
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