miércoles, 4 de junio de 2014

LOS SIDUS ROMANOS DE NOVIEMBRE


LOS SIDUS ROMANOS DE NOVIEMBRE


El viernes por la noche las callecitas de la CABA  lucian mojadas me hallaba fascinado por la justeza incurrida de parte del Servicio Metorologico Nacional indicando, como y cuando lloveria, y que seguidamente sucumbiria el meteorito. A fé mía que ultimamente no se equivocan.



Las ramas mojadas de los árboles, insisto denotaban el derrotero de aquel fenomeno, bendición del cielo,  acaecido puntualmente.


Ella, NOEMI, era una de esas amas de casa constantes que lo dominaban todo, digo el hogar, la familia, el pajarito en su jaula saltarin y contento, la perrita que habia que mimar y atender solicitamente porque era un amor de compañía.


Hacendosa y capaz  a esa  mujer nada, pero nada,  se  le podia escapar de sus calculos económicos o   programas culinarios, menus, compras, y lo que fuere todo, pero todo estaba perfectamente dominado, Así también era muchas veces –ser humano al fin-  su agobio,  entrando en estado de ebullición por esa impotencia pasajera, retroraerla y volver a andar con paso firme, como siempre.


 Esa tarde, cansada de las labores domésticas , y habiendo concluido con  sus quehaceres diarios –por el momento-  se recostó para intentar, un rato, de ese sueño reparador a veces tan necesario.


Cuando se entornaron sus parpados, todavía la TV estaba encendida, a ella jamás le molestaba,  así fue que como devota de la Virgen de Lujan se vió en tal ensueño dialogando con el Padre Francisco, que de alguna manera,  le trasmitía sus bendiciones y mejores votos exaltando la mesura de su corazón sin odios,  su alma limpia de pecados,  con la que siempre sembró paz y amor en su familia, deleznando de las torpes insidias que empequeñecen los espiritus.


Cuando despertó  cría estar en una casa distinta…pero si era la misma de Av. Mitre 420 en Avellaneda, pero es que ella ahora renovada, la distinguía diferente, resplandecía, como si el Santo Padre llenase su  habitat de  cánticos de alabanzas liturgicas, percibiendo una felicidad, penetrante,  sin par.


¡Cuánto esperamos de Él¡


¡BENDITO SEA¡


JFA                                                                                  05-11-2013

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