lunes, 20 de diciembre de 2010

EL ESPEJISMO

El espejismo
POETICA DE UN EQUIVOCO

“La lectura hace al hombre
completo; la conversación
ágil, y el escribir preciso”
FRANCIS BACON

El mundo moderno nos exhibe, a despecho de sus contradicciones, no poder impedir la superación individual, preciso momento en el que reparamos que todo lo que nos sucede es porque estamos vivos.

Y, como toda historia bella, preñada de sentimientos, es ilustrada por uno o más personajes, la nuestra tiene dos: MARGARITA (65 años) y ARMANDO (72), en el desarrollo del relato veremos como, este último, se ira desarmando como un rompecabezas.

Es posible que, de pronto, nos indaguemos:¿Cuál es la diferencia al cabo de una pesadilla que le acontezca a un niño o a un adulto?

--Pues que el niño acudirá a su madre, la que, solícitamente hace de contención, en tanto en el adulto, verbigracia Armando, quedará atrapado al albedrío de sus fantasías.

Cuanto deberá andar el individuo para acceder a su elevación, que solo se produce, cuando sea capaz de elegir entre la atracción costosa de una joya –a veces falsa- por la contemplación valorada de una hermosa flor natural.

De modo que absueltas algunas posiciones, decididamente, entremos en tema recordando que el corazón del hombre, cuando cree estar en soledad, se impone ser un cazador furtivo, que a veces es “cazado”, más o menos así estaba Armando, porque aún en compañía se percibía absolutamente solo.

Vamos, que había comprendido, y estaba persuadido con actitud convencida de ello, que en la pareja el hombre siempre esta dispuesto al amor, es decir cuando lo desea él y ella lo conciente, en tanto la mujer –se decía- hace el amor cuando ella lo dispone.

Era un varón de pocos amigos, pero de toda confianza en la transferencia de tópicos afines con las relaciones humanas, de allí es posible que se notificara de la existencia de Margarita, a quien todo le acontece, y cuyas actitudes producen hechos y situaciones.

Hay que decir que Margarita, no obstante, venia orlada de un halo de dulce bondad conmovedora, de allí las opiniones absortas que se hilvanaban en torno de las motivaciones que ella arrastraba en su vida matrimonial. ¡Es tan curiosa la gente!.

Poco a poco surgían cabos para atar estos esquicios, con algún misterio, al lado de un marido, 10 años mayor que ella, que estaba padeciendo el mal de Alzheimer, y que se fugaba, frecuentemente del hogar, sin rumbo cierto.

En otro orden de cosas, compelida posiblemente por la situación, adoptó una forma de vida liberal, mediante cuya concepción se permitía ausentarse los fines de semana, como válvula de escape, a Montevideo por vía marítima, interregnos para realizarse de su vida truncada, que soportaba lo más estoicamente posible, habida cuenta de que en su juventud acepto su matrimonio concertado, moneda corriente 8 o 10 décadas atrás; donde asimismo se consideró un mero objeto sexual, atropellada y sometida, y claro después de todo esto si la dejaran hablar ciertamente que no sería condenada a ninguna lapidación… no aquí. Así se va incubando una suerte de fastidio creciente que ya ninguna mujer tolera.

Se intuye, dadas las condiciones, de esta pertinaz situación, nada agradable, es la que la debe haber inducido, por interpósita y solidaria amistad femenina, para que hiciera una vida discreta, con lo que se sintió diplomada, en lo que ya, de suyo, observaba en aquellos viajes de gestión difusa, por eso eran sus salidas, que se extendieron luego a
E.E.U.U., Europa, y Medio Oriente, donde tenía familiares.

Entretanto en una de esas experiencias sociales, especialmente en una, Cupido hace de enlace y conoce a Armando, fue…como si se alternaran de toda la vida, “siempre hay un roto para un descosido”, aunque de él no hay mayores indicios, los hombres parecen más discretos, importaba que era empresario, propiedades, coche…

No todo se hizo fácil al principio, cualquier hombre guapo –y Armando lo era- es buscado, ella rápida como un rayo, se interponía como una cuña, simultáneamente publicaba a quien quisiera oírla, y a quien no, que ella no tenia sexo en su hogar, una invitación para que Armando –ni lerdo ni perezoso- se acercara y le hablara por ejemplo de “relaciones terapéuticas”, cosa que aventara el fantasma de la culpa, ¿qué inocente?...”bueno no hay mas ciego que quien no quiere ver”. Ella tenía acumulados en su baúl de los juguetes toda la estela de sus aventuras, mientras mentaba todo el catálogo de tabúes de la niñez. Igualmente Armando sucumbía, y comenzaba la ronda.

Ella, picara, le ronroneaba: ”vas a ver que entre nosotros no va a pasar nada”, era el mas supino acicate, entonces el le hablaba de prodigarle mieles y cuidados.

Cuando ella buscaba incrementar las salidas y paseos, el esposo tuvo un ACV. Con poca internación, donde ella estuvo asistida por los hijos. El hombre pasó a mejor vida. En sus raptos de lucidez, ella confeso, que él la insultaba con fuertes epítetos. Vaya uno a saber que reproches se aguardaban de las cosas que les sucedieron. ¡Cada hogar es un mundo!...

Hubo un intervalo, ella guardo un mes de cauto luto (¿?). A partir de ese recato se vigorizaron las reuniones, desde entonces él la agasajaba con Champagne en las cenas o almuerzos, ramos de rojas rosas, evidencia de su pasión, y aun la conmovía con alguna que otra orquídea y los paseos o espectáculos que a ella la complacían.

Cuando fínalmente hubo”fumata”, después que ella se entregara verbalmente diciéndole que el le gustaba y que no quería perderlo, y habiendo enviudado, Margarita le asevero que la suerte estaba echada, a favor de Armando –“Rey muerto, Rey puesto”- (quien sabe ¿cuántos?) él romántico empedernido, le interpuso de su autoria, unas cuartillas que ella dejo que la impactaran y fue catalizador de los momentos de intimidad:

DESPUES DEL VENDAVAL

Cuando regresas al hogar,
ahora físicamente vacío, y
sin embargo pleno de sensaciones,
no te sientas sola,
permite enseguida inundar
el espacio de dulces melodías.
que sumadas a las de tu alma,
dan marco romántico, y
tornarán tu rostro radiante,
lucindo así iluminado,
entonces sonrie, y
bucea en tu espejo interior,
verás como te sientes más feliz,
encendiendo todas tus luces,
esas que desalojan a las sombras,
pues en tu pecho, anidándola,
crece una esperanza, descubriendo,
otra vez, entre fibras y emociones,
que alguien te ama

ARMANDO


En la continuidad, los vínculos, aunque esporádicos, no se interrumpieron, Margarita era una gatita muy melosa, en el auto le acariciaba la suavemente nuca y hacia correr los dedos por sus orejas, sutilmente buscaba llevarlo al climax con una delicadeza arteramente felina. Armando jamás olvidará el día 31 de julio fecha en que ella le descubrió su desnudez, su piel, sus carnes firmes, sus pechos dos palomitas, era una diosa griega, su cuidado personal, algo inenarrable susurro a algún amigo, y confeso que le agradeció a La Providencia, como un premio, haber alcanzado a Margarita; y no sabía, porque de inmediato, comenzaba a pensar ¿ si seguiría usando sombrero?…

Ella, como cualquier mujer, ahora dueña absoluta de todo su destino, abrigaba más oportunidades y deseos, a pesar de la discontinuidad de la relación que en esos primeros dos meses solo tuvieron 4 salidas largas -2/3 días- lo cual asombraba a Armando que sin embargo no decía esta boca es mía, mientras ella fabricaba distancias; en las charlas telefónicas el percibió en ella una alegría somnolienta, y la verdad pensó en alguna droga, que fuera relajante. Antes de estallar, conocedor que la desesperación es el último refugio del ego, se confidencio con ella en otras cuartetas apasionadas:



RECÓNDITO RINCÓN DEL ALMA

Si el mar te moja, si el sol te acaricia o
la brisa te envuelve, soy yo que me mezclo
para estar en toda tu intimidad.
Es que aunque pudiera vivir sin agua, sin
sol, sin brisa, aún así estaría en tinieblas,
porque sos la luz atractiva de mis anhelos.

Como un hambriento de sed de ternuras,
Sueño con ansias penetrar tu piel,
solo para mi, desnudate por caridad.
Mi cielo lo enmarcan tu caderas,
¡dámelas! Somos finitos,
los plazos se acortan, no puedo esperar.
No dejes que se nos escape
ese instante de amor añorado,
que si se nos esfuma, es pecado, y
Dios no nos perdonará.

Sacudamos el polvo de la rutina,
no esperes a las doce campanadas,
pensá que el tiempo peor ya paso.
Olvida que éramos viejos entonces,
que tus mocedades están en tu corazón,

Acercate al baile de la nueva aurora,
pero ¡ya!,somos, quizá más jóvenes ahora.
Salgamos al ruedo de la vida…
…¿ois? Esta sonando el jazz de siempre, y
tras cartón un tango bien jailaife,
¡veni! danzemos en el carroussel del alma.

Le pido a Dios que cancele las puertas
del miedo y de la duda, y
que ese beso tan…tan anhelado
selle el triunfo de los dos.

El pasado es eso, ahora
una nueva canción alumbra
el despertar del alba, y
con una flor de rojo color,
vuelco mis expectativas
como un adolescente.
Mi corazón flamea al
sol tendido de la aventura
impetrando a las hadas y gnomos
el tiempo arrobador de las ternuras.

ARMANDO

Era el mismo Armando que no quiso romper amarras con su vida pretérita, y ella no hizo demasiado tampoco, pero iba provocando en él “ese desencanto de un final anunciado”, de modo que cada día su “puzzle” se aligeraba, desarmándose, preludio de un desconcierto por el espejismo que no alcanzaba a llegar al oasis. Mientras ella, en un alarde de audacia sin par lo acusaba de jugar a dos cartas, por su vida anterior y porque la frecuentaba a ella.

Ensombrecida su alma, Armando pergenio salir del embrollo que se avecinaba como un caballero, respiraba sentimientos y no se dejaría acotar por caprichosas imposiciones ajenas a las relaciones sentimentales que se viven y se sienten…o no se dan

Sabía claramente que el entorno es importante en situaciones precarias de urticantes impasses, las exigencias económicas, otro tanto, donde el jugador debe tener resto para jugar en varias mesas al unísono. Despertaba sentenciando que con la belleza exterior –el continente- es engañoso, recostándose decididamente en el contenido. Tardío rezongo. Cuando todo era un trueque_ te doy esto…¿si me das aquello?.- y recordó:

-“nunca corras detrás de una mujer”.
--¿Por qué?
-“¡Porque detrás de una mujer vienen una, dos…tres mujeres!”

Este sacudón –que lo abrumaba- y que recibía debía capitalizarlo, sin herir ni lastimar a persona alguna, suficiente era su agria actualidad negativizante de experiencias esfumadas, y pronto a sortear el páramo espiritual, por no haber advertido que el ultimo tren ya había partido rumbo al recuerdo; dispuesto a no discutir con ella, para no empeorar la situación y terminar pidiéndole perdón, sabiendo que el hilo de este barrilete se cortaba al menor viento, sin retorno antes que la vergüenza lo turbe, para terminar este vuelo a ciegas –sin paracaídas-, protagonizando “la balada del boludo”(I. Blaistein); no obstante, amargado, masoquista incurable le escribía así:

P I E D A D
NO ME APARTES DE TI

No cierres el corazón al amor,
no entornes la mirada de tus ojos,
no borres la sonrisa de tus labios,
ni substraigas tu presencia a este remedo
de tardío adolescente que ya no soy.

Desasosiego en las tinieblas de la noche,
esas que hacen la oscuridad más absoluta
de las largas jornadas de los días,
que dilatan la llegada del amanecer.

Porque cuando el alma destila penas,
supura tristezas por los amores
más puros y contrariados,
donde se ahogan los sentimientos,
que acotados por alambradas de púas
saben a campos de concentración,
que todo lo desgarra,
pero la pasión que es tan fuerte y
obstinada solo atina a gritarle a la causa
de su insomnio inevitable, que aún así,
le profesa devoción, y que en
cada momento aguarda su retorno
porque siempre la esta esperando.

Y mientras me deshago en la soledad de
mi discreción, donde el agudo sonido
del silencio me hace su prisionero, en
tanto, de día y de noche tu imagen está
delante de mis pupilas, conciente que
mi único pecado fue amarte.
Tuyo, “Don Nadie”

ARMANDO

Alucinado el la llamo, es que todas las piezas de un rompecabezas ocupan un lugar tan importante, pero faltaba la ultima escena, le dijo que el amor no eran “grageas” como muestras gratis farmacéuticas, ella estaba erizada y le espeto:”vos estas así porque nunca me pudiste tener”…¿Cómo le decía esto?. Enseguida le pregunto: ¿estás sola?...
-No estoy con un amigo.¡Acabáramos! Súbitamente Armando corto, no quiso escuchar mas, le estaba haciendo el “tren a un nuevo candidato”. Su paciencia estaba colmada. Ella lo llamo muchas veces, él jamás volvió a prestarle oídos y comenzó a recordar aquello que reza así:

De jóvenes, en la plenitud somos optimistas, y la musicalidad metálica de nuestras voces suena cálida.

Cuando longevos somos una hoja reseca sostenida tenuemente por el viento de la vida hasta que estalla y se desvanece.-

J.F.A. 06-12-2010.-

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