I N E S P E R A D O…
Un silbato, estridente, como nunca, y el tren militar parte atiborrado de muchachos, llenos de sueños, recién salidos de la niñez, la Patria los reclama, el continente está en llamas, todos..
a la batalla, que como siempre será cruenta, inhumana, sin códigos destrozando lo mejor de aquellas pléyades convocadas.
De pronto se rearma el encanto suspendido –por suerte- suena el despertador –más musical que nunca- y…una voz:
--¡Remolón! –era mi madre- me llamaba a prepararme a la labor, y su beso me devolvió el perfume de la vida y de su amor, que solo ella me sabía imprimir.
JFA 23-11-2010
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