jueves, 15 de octubre de 2009

AFINIDAD

A F I N I D A D

Nada es fácil… nada es imposible pero mirar a una compañera, y escribir su historia de los 10 a 15 años asomaba casi como un acertijo, cuanto menos un escollo que uno está compelido a resolver,

Digo, no es simplemente me despíerto, en medio de una obviedad como abrir los ojos, me levanto me lavo la cara, me visto… y a la calle a trabajar…no… ¿qué va?, aquí no es así.

Se trata de otra impronta, diversa, quizás transcurra en un verano por… 1940 y tantos, una época tan lucida para recuerdos porteños pletóricos de viñetas inolvidables; donde ella, hija de una familia con padres inmigrantes, en un matrimonio, bien avenido, con una prolifera producción de 5 hijos que el amor brindó, y donde HEBE –que de ella se trata- es la menor, la más mimada, la mas protegida –por todos: padres y hermanos- es en buen romance la “consentida de la familia”, hecho del que ella jamás abuso.

Resultó en ese espacio de vida una niña chispeante, que no se atrevía demasiado a estallar, sumamente recatada, y de pronto se encontró en ese esquicio, único de niña bonita (15 años) donde todo es vida, novedad, creación y desde allí la inquietud de su actitud positiva de aprender y conocer.

Y… la vida que es veloz, donde seguramente ella habrá debido sortear –como todos los humanos- avatares difíciles y también situaciones plenas de luz y felicidad.

El introito da lugar a este colofón, que puede ser su actualidad devenida en una fina mujer, de un perfil francamente atractivo, para nada agresiva, sino afable, delicada y querible donde la afinidad confluye en este placer de departir con ella.

Jfa 12-10-2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario