viernes, 3 de agosto de 2012

DE LA CONDICIÓN HUMANA

De la condición humana




Nuestras acciones sociales tienen derivaciones, no tan extrañas, a veces son agradables y otras azarosas, por caso, las relaciones afectivas.



Hay un dicho bíblico que narra; “el celo y el deseo quitan al hombre anticipadamente de este mundo”, ampuloso como se advierte, no es un tema fácil. Aquí y ahora voy a enfocar, como para ir develando incógnitas la acción probable de dos personas unidas por los celos.



Si quieren lo comenzaremos con;”érase una vez”…una hermosa familia, donde el amor, obrando con sus frutos produjo la bienvenida de dos hijos deseados, en un pequeño periplo de dos años.



Pueden haber sido 2 varones, quizás podrían ser dos mujeres, o dos varones y una tercera hermanita, o extendiéndonos al contrario, tres mujeres y dos varones, o varones hasta el 4° vástago y luego la niña, digo…o pretendo aclarar que la cantidad, no es el meollo de la cuestión.



El verdadero desarrollo de esta temática esta dada en la entrega de un amor desusado, desmedido que a veces la amante madre o el progenitor encarnado en un hombre de bien, laborioso, carismático, de hogar y naturalmente de sus hijos, y hete aquí que ese cariño desbordante envolviendo a la prole los imanta de tal forma, que el desarrollo de celos en los párvulos –que quieren atesorar su cariño para si- echará un manto de raras sombras, circunstancialmente, produciendo episódicas perturbaciones que afectan la normalidad de esa casa.



Es posible que no se pueda explicar, y no es que sea increíble, sucede desde la más tierna edad, y subsiste con deformaciones variadas. A veces atenuadas con el paso del tiempo y el crecimiento de los hijos, ese tema insoslayable de los celos, siempre es un desasosiego…de muy difícil curación.-



Ni siquiera me atrevería a hablar de excesos, pues el amor filial bien entendido, es como un panal de miel solo que a veces tiene, como los medicamentos “reacciones no deseadas”, es decir el remedio no se puede dejar de tomar como el cariño no se puede ocultar.



Es que tampoco puedo aseverar que se puede medir la forma de dar amor, en el hogar, es tan natural que surge como un manantial.

Creo que esto, en la modernidad se ve con mas nitidez, me refieren que hace seis generaciones la educación era muy severa, si lo hijos cometían

una travesura el castigo era colgarlos –la cabeza hacia abajo- y darles una tunda.



Hace años un primo hermano segundo, me refirió que su padre no lo besaba, y que el le escucho decir en alguna tertulia familiar, entre los mayores claro, que “a los hijos había que besarlos cuando dormían, porque sino se tornaban malos”. En fin resabios de épocas pretéritas.



Para finalizar yo creo que los celos se trasmiten por generaciones, me preguntaran a que lo atribuyo simplemente a la forma en que veo, en estos tiempos, que a veces las exigencias económicas hacen trabajar a los cónyuges –turnándose en el cuidado de su vástago, y agregando no obstante ese… inconmensurable néctar de amor que los entrelazan para siempre en el afecto. Claro ese niño(a) tiene todo el amor de sus padres para si, entonces cuando viene el hermanito(a) allí comienza otra etapa, del mismo tema: La Condición Humana.





JFA 09-06-2012

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