jueves, 5 de mayo de 2011

EL CONFLICTO DE SIEMPRE

Desde que me asiste la memoria puedo barajar, desde el recuerdo, a manera de crónica, este tipo de historia reiterada, cuando el conflicto central aleja y acerca, como marionetas, a los personajes que en ella participan.

Los que están más expuestos son los actores y actrices cuyas vidas ya sea en el espacio vacío, del escenario teatral que ellos llenan viviendo tantas personalidades como personajes encarnen, que a veces se confunden, en la vida real con ellos mismos.. O bien si son esquicios en secuencias fílmicas que los lanzan una y otra vez al conocimiento público. Y más modernamente los vemos –en la cotidianeidad- en las tiras de la TV.

Recordaré simplemente a Felipe (Luis Santiago Sandrini -1905-1980) en el romance con el personaje de otra historia aquella en que la protagonista emblemática (Laura Ana Merello –Tita/ 1904-2002) era quien cantaba, entre otras: ”se dice de mi…” una milonga inolvidable que nadie entonó como ella.

Dos grandes artistas viscerales de una fuerte personalidad fueron apasionados amantes con romances y noviazgos repetidos del sello del Buenos Aires dramático y apasionado donde las historias de amor estaban plenas de desencuentros y rupturas (1946-1956) década caliente, si la hubo en lo emocional, dejando aquellas imágenes que estaban en el alma de la gente entregando a sus pupilas, en su constante seguimiento, destellos indelebles.

Y voy a cometer esa osadía del observador que va recorriendo las fichas de la remembranza y salta a la vista, nítida, la de “Mordisquito” (Enrique Santos Discelopolo/l901-l951) aquel de: ”A mi me la vas a contar” y Tania una artista de origen español, a quien la inventó cantante de tango; distinta de la otra pareja pero igual en la fuerza de un acercamiento que se mantuvo por 24 años, con sus remezones, claro, hasta que el ansia de alcanzar la “otra” cima, provocó en el excelente poeta-actor y autor un ocaso triste de lo mas inopinado.

Así fue como de pronto la política lo tentó para hacer una incursión –radial- que el intuía exitosa y esclarecedora para la ciudadanía; entonces y solo entonces conoció el escarnio que los intelectuales, sus amigos de otrora, y sus colegas –todos- quienes los habían aplaudido hasta enrojecer sus palmas le dieron vuelta la cara; cada gesto de desprecio era una puñalada para su sensible alma, que muy en breve –como si fuera una grave enfermedad terminal- lo llevo a dejar tempranamente la existencia, porque su inmensa pena no soporto la prueba.

Ya ven…tan fuertes.-todos- invariablemente temperamentales, exitosos, propietarios por años de las luces de rodas las marquesinas de los variados espectáculos teatrales, cinematógraficos y musicales buceando, no obstante el devenir, oteando siempre el horizonte del éxito, como en muchos ejemplos de la historia queda la evidencia de lo efímero de la parábola existencial, a veces con sellos desgarradores.-¡Es la vida!.-

JFA 27.04-2011

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