Y PENSAR…
JFA 10-11-09

…que todo se desarrollaría tras tu profundo aguijón, clavado en medio de tu aparente inocencia mientras me decías:

-vas a ver…entre nosotros no va a pasar nada…

-¿Por qué? Nunca se sabe – te respondí- agregando: Cupido, sin pedir permiso, como atributo de su espontaneidad, disparará sus dardos, aún más incisivos, que nuestros pensamientos. Sólo dale tiempo.

-Mirá, vas a ver, que sos puro apronte, te gusta estar tirado en la catrera, y apuntas para ser debilucho pelele, por mas andariego que quieras asomar.

-Ya te dije dame tiempo, deja que saque viruta al píso, y que vos lo veas. Quizás entonces, y solo entonces me otorgues nueve puntos…pero me conformo.

-Si, si sos brujo…no creo que tengas uñas de guitarrero, ni siquiera vuelta de hoja, te tengo tan catalogado… vas a ser entrador, fraternal, pero yo anhelo a mi hombre, MIO, a media luz y con el vivir entre lágrimas y sonrisas una desbordante pasión…
¿Entendes eso?.

-Como no lo voy a entender si por amor es que he nacido y no tengo vida como no sea al compás del corazón, allí es cuando escucho cantar al ruiseñor que llevo dentro, en lo profundo de mi ser.

-Por ahora, chiquito, tenes: cero al as… pero vamos a volver a vernos.

-Vamos, no te pongas solemne, que ya como estamos muy solo me siento. Dejame permanecer cerquita de tu corazón, ese es mi mejor motivo sentimental, después por el camino, ya lo verás, cosecharemos hasta rosas de otoño.

.Me fastidia que te hagas el elegante. Yo, en cambio, soy del barrio de tango, lisa, llana, un poco pícara, si queres, pero seguidora y fiel. Por eso para de asemejarte a un distinguido ciudadano, o mejor anda y exhibite en el Café de Los Angelitos, aquí bailamos La Cumparsita y El Último Organito.

-Me excuso. No quiero ponerme patético, es mi confesión mirando al sur de tus ojos negros, no busco revancha, ni me gusta el rol de triste marioneta que yira. Yira. No eso no, no es mi estilo. Soy uno, soy yo. Soy inspiración y no descarte porque nunca se me hizo que veía todo color de rosa, ¿sabes?.

-No digo tal, pero tenes que apreciar que cuando mi alma sea tu refugio, que es mi refugio, entraras alli como en una capilla blanca excelsa, donde en un beso tendrás mi vida. Nada, nada quedará fuera de ella.

-Ya me ves, no soy ningún patotero, y antes bien muy solo estoy sos vos mi cascabelito, y vengo cortando camino donde soy ese viajero sediento de amor, que necesito olvidar, entre pitada y pitada, tantas pullas que nos alejan.

-Yo también busco que dejes atrás al niño que hay en vos y seas el hombre en nuestro nido al compás del corazón, donde siempre cante el zorzal al amanecer cuanto al anochecer y felizmente tengamos cumplido nuestro anhelo.

De pronto…lo que nunca imaginé, que tras tantos escarceos y evidencias de mimetización un día cualquiera te llamaría al tubo, y mientras te deslizaba alguna picardía –como siempre- me contestaras inmediatamente con un exabrupto incalificable, solo entendible si estuvieras drogada: “lo que pasa es que sabes que nunca me tendrás” (¿?). ¿Qué habías querido decir?.

-Pero ¿Qué pasa? ¿Estas sola?.te indague…

-No estoy con un amigo... (baldazo de agua helada)

-¿Y entonces, frente a él porque estás blanqueando nuestras cuitas?.¿Porque me decis estas cosas, o es que acaso te conozco tan poco, tanto me equivoque para que me uses de trampolín para tus apetitos macabros de esta manera artera.¿Esta es tu elegancia? ¿Donde quedaron tus reproches por mis defectos? ¿Dónde tus alardes de seguidora y fiel?. Te mancaste en el primer codo. Preciso instante en que le corte.

Como corolario a los 10 días me llamaste para saber de mi…te referí la última charla telefónica y aducías no recordar lo hablado, y fingías con una naturalidad aterradora.
Creí en mi fuero íntimo que todo lo debía dar por concluido, tan penosamente que equivale a haber hecho castillos en la arena.

Somos tan volubles, mutamos con tanta facilidad…y allí murió mi sueño a medio camino.

EPILOGO

Con el alma transida de dolor, soy un monito que busca una mala junta, en esta mi tierra canyengue, no me queda el arranque de otrora, voy caminando por Boedo
en busca de un buen amigo, de antaño, el ya no pasa conmigo el parlamento porque
también se fue por el camino entonando la canción mas triste.