jueves, 16 de abril de 2009

La vida es sueño

La vida es sueño
Sueña el Rey...
Sueña el rico.....
Sueño yo que estoy aqui...

...Que toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son..

PEDRO CALDERON DE LA BARCA
(1600-1681)- (Frag)


Seguramente que es común conocer a una persona que, de pronto, cuanto hace o cuanto le sugieran que haga le salga mal.

Genarielo, que era un muchacho joven, de ascendencia europea, no demasiado lúcido, que deseaba simular, con su presencia, que creía atractiva, ser una persona adinerada, es solo un presumido galán.

Consideremos que en cualquier reducto pueblerino, de estas latitudes, país favorito para las oportunas oleadas inmigratorias, desde fines del siglo XIX y crisol de razas, de amplio espectro como mosaico multitudinario, fuera ámbito para que sucedieran episodios, como este, donde nuestros ancestros, que habitaban estas costas, fueran personajes testimoniales de sucedidos y episodios diversos.

De entre ellos elegimos a Genarielo, que ley de vida, creció, se hizo muchacho, comenzó a noviar, “hasta que tanto va el cántaro a la fuente”, un día debió hacer lugar para presentarse en el domicilio de su elegida, y como corresponde pedir oficialmente su mano.

Se apersono lo mejor acicalado posible y enumero las cualidades que entendía poseer: constante, trabajador, bien enseñado en el hogar, hasta que el padre de la novia, también europeo, hombre experimentado lo indago:

-“¿Ma Genarielo? ¿come se quiama lei?, digó... el apeyido de sua famiglia...y en todo caso ¿de que coza lavora? ¿Eh?”.


El muchacho, se turbó un poco, pero se rehizo inmediatamente de esta primera estocada, y pudo responder, todavía entero:

-Me llamo Genarielo Scacharuffia, y soy empleado de gobierno, dijo con un orgullo que parecía un millonario.- En este momento creo que le saltaba el mitómano creciente que abarcaba su inacabado ego.

El avezado padre insistió:

-“¿Me exquisi per favore, ma en que coza lavora lei?, ¿capichi? ¿es ministro, secretario, diretore de departamento? ¡Per Dio! ¿que coza es?”-

Atolondrado Genarielo, quiso escapar de ese acorralamiento que empezaba a advertir, y le respondió con el último espacio interior de equilibrio:

-¡No,,, no! para tanto no, soy empleado exterior de la Intendencia Municipal.

Allí ya como si estallara quien encarnaba al pretendido futuro suegro dijo, casi satisfecho:

-“¡AH! ¡Bravo!...¡per fine! ¡En la Alcaldía!, ¿en qualunque despacho?...¿dove?”.

A Genarielo se le habían subido los colores, su rostro casi rojizo, y no obstante dijo:

- No...no, externo, por ahora.

El hombre mayor, padre de familia, celoso custodio del porvenir de su hija ya, nuevamente, exasperado exclamó, casi con sorna:

-“¡Si! ¡si! ¿de que?”

En ese momento, el muchacho, sintió un escalofrío que le recorría desde la planta de los pies hasta el último cabello rubio y para sus adentros pedía: Tierra trágame...mientras alcanzo a musitar:

-Yo soy recolector de residuos...

(Esta ocupación, no debe tener carácter peyorativo. No todos alcanzamos a ser gerentes de banco) pero...

...Allí se pudrió todo...

Genarielo sentía ese rechazo visceral que provocaba en el seno de esa familia, se sintió descompuesto o simulo estarlo para excusarse y solicitar permiso para retirarse, que lo cortés no invalide el ápice de valentía que animaba.

Al salir a la calle divisó, en la esquina, una hermosa morocha, que lucia un vestido con pollera plato, de pronto se agitó un ventarrón que elevo las ropas de la agraciada joven que ella de inmediato asió con su mano y ajusto a su grácil cuerpo, y pensó :”que egoísmo hay en el mundo”, y puso proa hacia ella...

...y hasta otro sueño...




Jfa 14-04-2009
EN EL DIA DE LAS AMÉRICAS

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