martes, 19 de abril de 2011

C O I N C I D E N C I A

C O I N C I D E N C I A
LA VERDAD SIEMPRE ES MERITORIA
POR QUE NO HAY COMO REBATIRLA


No todos los días que transitamos son iguales: unos gloriosos otros mejor no…solo por nombrar los extremos entre los cuales nos desenvolvemos: silenciosos, trágicos, sinceros o farsantes.

Quizás por eso la MUECA, de mi cara, ese gesto o movimiento, que lo expresa todo, sin esforzarme, decía de mi estado de ánimo que era igual a una receta culinaria que incluye ingredientes variados.

Es que indirectamente mi sentido de la LEALTAD me reprocha no abrirme a la realidad, como lo merece el cumplimiento de aquello que son exigencias de las leyes de la fidelidad tácita o escrita, es lo mismo, como soslayar lo que los enseñan como honor y compromiso de no renunciar a difundir lo que creemos en los momentos buenos o malos.

A veces, simplemente, para cambiar el talante no hacemos de un terrón de sacarosa, nombre vulgar del AZUCAR puro que es blanco, del grupo de los hidratos, y que nos puede endulzar, naturalmente, hasta el alma o intentarlo al menos.

Nunca sabemos ¿porque?, pero de pronto nos acercamos a una taller de filosofía, esa ciencia que adereza las relaciones humanas, aceitándolas, para hacer que se deslicen mejor elevándolas y afirmo –para mis fibras interiores- como que es una causalidad.

Afrontando las nociones iniciales del programa a partir de Hegel (1770-1831) filósofo e idealista alemán, tratamos de captar las nociones básicas que nos hablan del “ENSI”, que será luego ese SER ENSI MISMO, cuando alcanza la racionalidad y llega a concluir que la naturaleza, digo La Creación, Dios, cada semejante y uno mismo somos como UNO CON ËL.

Este ENSI tiene la peculiaridad de su duplicación y el germen que transfirió al nuevo SER lo hará completo, otra vez, con el ENSI cuando alcance la maduración de la propia racionalidad.

Aquí es cuando salta –de pronto- a nuestro conocimiento: PITÁGORAS, un filósofo cuyas obras solo se han conocido a través de sus discípulos; el mismo aunque no pasó desapercibido estaba enrolado cercano al pensamiento de Platón; que a su vez, como muchos otros pensadores griegos se trasladaron a Egipto donde vivieron por 15 o 20 años abrevando sus conocimientos en la sabiduría de los sabios de las cortes faraónicas.

Hay que destacar que Pitágoras unía filosofía con matemáticas cuyo conjunto se conjugaba con el cosmos, la música envolviendo el alma, preciso momento en que todo se adicionaba en una unicidad para la sanación del espíritu.

Aquí obra la COINCIDENCIA llegamos a la misma ecuación: SER SINO UNO MISMO con la impronta de Pitágoras donde la música sublime y fundamental más la adición a la filosofía el cosmos y el alma se purifican en el SER que con Dios y el orbe vuelven a ser UNO.-

JFA 16-04-2011

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