miércoles, 19 de enero de 2011

"m i n i m a s"

“m i n i m a s”
(postales transversales de la parábola existencial)
JFA 17-01.2011

Como el hornero
Tango
1944
Music: Manuel Sucher
Lyric: José Rótulo

NINGUNA INSPIRACION SERA SUPERIOR A

AFIRMARNOS EN LA PROPIA NATURALEZA

A LA QUE PERTENECEMOS, Y EN LA QUE

ABREVAMOS AMORES Y DESENCUENTROS.

A LAS COSAS PUES…..

De aquí y de allá

Hace su nido el horneroa lo largo del camino,por sostén teniendo un poste,el motivo es el amor.Y si manos traicionerasle destruyen el abrigo,al otro día, contento,levanta un nido mejor.Yo también, como el hornero,tuve mi abrigo.Y la mano del destinolo destruyó.Al igual que el pajarito,quedé sin nido,agobiado por la penade mi dolor.No ha de ser mi noche larga,tal vez brille en mi sendero,una estrella de esperanzacon un rayo de ilusión.Y algún día en mi camino,al igual que el pobre hornero,he de hallar un pecho amigoque me de su corazón



1 Solo aprendemos a vivir en el ocaso de nuestra existencia.
A veces, ni eso.

2 Cuando escucho hablar mal de un semejante, me sabe mal.
Si es a mí, a quien descalifican, ¡cuidado!, me suena peor.

3 Los pensamientos atormentan al humano sensible, en tanto
que al torpe o indolente todo le resbala.

4 Cuando se vive lejos del terruño –obligadamente- se comprende
el sabor del desarraigo cuando se ama a la tierra que nos vio
nacer.

5 El juego es no confiar así nunca te van a sorprender, porque si
calculas mal, quedas pagando, y nadie te levanta el aplazo del
bochorno.

6 Abrazando a la poesía, en medio de tanta ternura, no hay lugar
para el miedo.

7 Algunas personas creen que la maledicencia está en la gente que
nos conoce, y creemos que no nos quieren, eso es caprichoso,
solo una grandeza sobrenatural arbitra hechos y voluntades, y
hay que entenderlo, no se puede preguntar.

8 La mística Kabbalística nos avisa, una y otra vez, que lo que
nuestros ojos ven, es solo el 1% de lo que la naturaleza nos
descubre, el otro 99% es el que no vemos, sin comprender,
para ello debemos iniciarnos en la Kabbalah.

9 Es muy dudoso escapar al “poder mediático” que nos induce,
reiteradamente, que comer, como vestir, selecciona nuestros
pensamientos y –solapadamente- quienes deben ser nuestros
mandatarios.

10 La luna absorbe, imanta, alumbra, no quema, y nos atrae a ella
plateada y misteriosa, vestida de luz sin fuego.

11 Nadie te puede enmarcar si no te quedas estático en sitio alguno.

12 Repasar una poesía, es un poco, desempolvar aquello que a
menudo olvidamos, y volver a tener sustento en la utopia de
vivir, que volvemos a respirar para recuperar todas nuestras
fantasías, sin dejar escapar una sola.

13 El hombre, como la Luna, tiene una cara oculta, ella casquivana
no puede ser poseída por ninguno, aún cuando aparentemente la
veamos toda.

14 De la Última Cena, obra pictórica impresionante de Leonardo
extractamos esta parábola de la existencia, donde en el mismo
cuadro (el mismo modelo) posa con 20 años de interregno al
Divino Maestro y a Judas Iscariote.
_¿Es la vida?
_¿Es la historia?
_¿Es El Creador quien nos pone de cara a la verdad de nuestra
condición humana?.
_ ¡Dios nos hizo buenos!
_ ¿Cómo nos hacemos malos?
_ ¡Pues con el Libre Albedrío!
_ ¡Él no enseñó a caminar…
_ Malos nos hacemos solos!

15 Como escapar a:
_la omnipotencia,
_la necedad
_la petulancia
_la obcecación
_ese…primero yo, después yo, siempre yo
_ es el ego, ese enemigo taimado y oculto.
Hago votos porque pueda decir:(como expresión de deseos)
no se asusten ni teman, lo mejor esta por venir.-




16 “Gota a Gota se orada la piedra”, es decir el agua y el tiempo
coadyuvan a moldearla, la vida del hombre se asemeja, los
vientos lo cincelan de tal modo, que según su calidad interior
se hace del valor del Rubí, Diamante, Zafiro, Esmeralda, o
Brillante.

17 Todo cuanto nos pasa, es porque estamos vivos.

18 Para poder persistir en lo que es nuestro trabajo, labor o
profesión hay que enamorarse de lo que uno hace.

19 La fidelidad no es una condición que adorne al género humano,
somos tan mutantes, con mucho tiempo y actitud se corrige; no
es nada fácil.

20 “El Acto” de haber sido hechos a imagen y semejanza Del
Creador, no amerita que lo logremos ya que no honramos
el significado de tal condición.

21 La medicina, sin duda, exacerba los sentimientos de sus
discipulos: El DR.Favaloro se victimizó, entregando su vida,
rechazando los famosos “retornos”; antes Victor Pichon Riviere,
otro gran estudioso quemo su visa generosa con anfetaminas y
alcohol, para estar lúcido, hasta que su corazón se detuvo.

22 Los complejos de Edipo y de Electra afectan virtualmente las
relaciones filiales, y de otra manera, digo distintas alternativas
interfieren en la pareja, ¡ah! Y que decir de los celos entre los
hermanos por el cariño de sus progenitores, que disputan e
inciden en conflictuarnos, mientras nuestro ego -incontrolable-
baila en el entorno como burlándose de nuestro desdominio.

23 ¡Ah! Lo sentimientos humanos que lo confunden todo con el
amor, cuando a veces ni se sabe lo que se quiere, es como un
deporte que entretiene y trae desasosiego; cuando no…solo
intentamos saber cuanto nos podemos hacer amar, para luego
arrojarlo todo por la borda.

24 Los pensamientos no tienen que ser necesariamente auto
biográficos, aunque siempre escribimos sobre quien mas
conocemos o sea: uno mismo. Sino no podríamos escribir
nada, al no querer evidenciarnos.

25 Adquirir conocimientos tiene principio, pero no tiene fin, y
debemos mantenernos “aggiornados” para que las circunstancias
y la vertiginosa actualidad no nos pase por arriba –sin pena ni
gloria –como una inmensa ola marina que nos succiona.

26 No se puede hacer el viaje existencial: ciego, mudo y sordo. La
vida nos exige una sostenida atención; salvando las distancias es
como un potro, al que si lo vas a montar y él advierte que no
sabés…te desmonta; entendé que el existir es lo mismo- O estas
en vena o te tumba.

27 Cuando el freno ético de los 10 Mandamientos Bíblicos, pierden
consenso frente a la modernidad que prácticamente los supone
“de mode” la gestión que supuso –contragolpe- pareció esfumarse
cual las hadas detrás de los espejos; mas no totalmente del
imaginarlo colectivo.

28 La pseudo liberación humana de las creencias imperativas abrió el
marco a la exacerbación de los sentimientos encarcelados, con algún
tormento, quitando el freno, al limite de las experiencias líricas en
el erotismo. Son épocas de influencia de Percy Bysshe Shelley
1792-1822 poeta ingles su impronta era el amor libre, descreer
de las Sagradas Escrituras, igual que Lord George Gordon Byron
1778-1824, de la misma escuela de vida, ambos vivieron poco,
tiempo, ellos se sacudieron de las “amarras” abrazando vivir
sin ataduras enfervorizados desesperadamente de romanticismo. (X)

29 Mas el ser humano no encuentra cauce a nada, todo lo cansa, satura
y es el preciso momento cuando entra a tallar esta sentencia tan
antigua:”el celo y el deseo quitan al hombre anticipadamente de este
mundo”.


30 Es así como la enajenación angustiante lo copará todo sin hallar
ese anhelo de saciedad, e inopinadamente el fastidio nos hace
desear, aparentemente la muerte (¿?) ¡que paradoja!, porque en
realidad finalmente nuestro instinto de conservación siempre
anhelará vivir.


31 La bendición mayor en la pareja humana es la integración, por
amor, ampliamente consentida y excluyente que se rinde con
unción, en esa unión, sublime de la carne presidida por el alma.

32 Entonces, reitero, la unión de hombre y la mujer, por amor, es lo
más excelso de la mimetización humana, y ese goce afortunado
y pleno es prolegomeno de la llegada de hijos sanos, hermosos e
inteligentes, porque sus genes, sin traumas, participaron felizmente.

33 Se puede declamar, pontificar, argumentar sobre valores morales
pero lo importante finca no en lo que se dice, sino en lo que se
hace que queda como un sello.

34 Los sentimientos, como el amor ni se obligan ni se agradecen,
se pugna por ellos, con todo ahinco, ductilidad y constancia,
así se los gana para compartirlos hasta el total paroxismo que
nos hace felices…felices…

35 A veces la vida tiene zancadillas inexplicables, ley de vida, todos
sabemos que nacemos, crecemos, nos reproducimos y fenecemos.
Pero esto último jamás lo asumimos, siempre es temprano para el
partir de un ser querido, si es mayor, finalmente lo acatamos, no
hay otra. Ahora cuando se trata de la perdida de un hijo(a) es lisa y
llanamente una tragedia de la que no nos recomponemos. Entramos
en un laberinto del que no se sale, y vagamos como nómades
trashumantes dentro de el sin que podamos demandar ni consultar
oraculo alguno porque no existe; hay que convivir así.




36 Los padres no nos curamos de esa perdida irreparable, pero hay un
tópico que no debemos soslayar: cuando alguno de ellos no se
aviene a los grupos de auto ayuda, y aun con ellos comienza a
lacerarse mas, intenta huir de si mismo, hecho improbable.

37 De pronto la vida te da sorpresas, el carrusell de la vida gira y gira,
tus hijos se casaron, te dieron nietos –hijos de mis hijos dos veces
mis hijos- y nada se detiene, de tu nieta alumbra una bisnieta, dulce,
angelical, no sabes como tocarla apenas rozándola, y parece que
trajo el carácter de la abuela, del bis abuelo, la dulzura de la mama
acorazada en la protección de su progenitor…y tras esa esperanza
novísima: volver a vivir…




















(X)
Poemas de Lord Byron


ACUÉRDATE DE MÍ Llora en silencio mi alma solitaria, excepto cuando está mi corazón unido al tuyo en celestial alianza de mutuo suspirar y mutuo amor. Es la llama de mi alma cual lumbrera, que brilla en el recinto sepulcral: casi extinta, invisible, pero eterna... ni la muerte la puede aniquilar. ¡Acuérdate de mí!... Cerca a mi tumba no pases, no, sin darme una oración; para mi alma no habrá mayor tortura que el saber que olvidaste mi dolor. Oye mi última voz. No es un delito rogar por los que fueron. Yo jamás te pedí nada: al expirar te exijo que vengas a mi tumba a sollozar. ADIÓS ¡Adiós! si dicha se concede al hombre de una plegaria en premio, ésta tu nombre elevará hasta el trono del Señor. Promesas, quejas, llanto, fueran vanos; más que el lloro, exprimido, ya sangrante, de ojos sin luz, tenaz remordimiento esta palabra dice... ¡Adiós! ¡Adiós! Secos están mis ojos, extinguida mi voz, pero al dejarte, de mi vida se adueña para siempre un gran dolor. Aunque el pesar y la pasión torturan mi corazón, quejarse no le es dado... Yo sólo sé que en vano hemos amado... Sólo puedo sentir... ¡Adiós! adiós.


AL CUMPLIR MIS 36 AÑOS ¡Calma, corazón, ten calma! ¿A qué lates, si no abates ya ni alegras a otra alma? ¿A qué lates? Mi vida, verde parral, dio ya su fruto y su flor, amarillea, otoñal, sin amor. Más no pongamos mal ceño! ¡No pensemos, no pensemos! Démonos al alto empeño que tenemos. Mira: Armas, banderas, campo de batalla, y la victoria, y Grecia. ¿No vale un lampo de esta gloria? ¡Despierta! A Hélade no toques, Ya Hélade despierta está. Invócate a ti. No invoques más allá Viejo volcán enfriado es mi llama; al firmamento alza su ardor apagado. ¡Ah momento! Temor y esperanza mueren. Dolor y placer huyeron. Ni me curan ni me hieren. No son. Fueron. ¿A qué vivir, correr suerte, si la juventud tu sien ya no adorna? He aquí tu muerte. Y está bien. Tras tanta palabra dicha, el silencio. Es lo mejor. En el silencio ¿no hay dicha? y hay valor. Lo que tantos han hallado buscar ahora para ti: una tumba de soldado. Y hela aquí. Todo cansa todo pasa. Una mirada hacia atrás, y marchémonos a casa. Allí hay paz. CAMINA BELLA... Camina bella, como la noche De climas despejados y de cielos estrellados, Y todo lo mejor de la oscuridad y de la luz Resplandece en su aspecto y en sus ojos, Enriquecida así por esa tierna luz Que el cielo niega al vulgar día. Una sombra de más, un rayo de menos, Hubieran mermado la gracia inefable Que se agita en cada trenza suya de negro brillo, O ilumina suavemente su rostro, Donde dulces pensamientos expresan Cuán pura, cuán adorable es su morada. Y en esa mejilla, y sobre esa frente, Son tan suaves, tan tranquilas, y a la vez elocuentes, Las sonrisas que vencen, los matices que iluminan Y hablan de días vividos con felicidad. Una mente en paz con todo, ¡Un corazón con inocente amor! CANCIÓN DEL CORSARIO En su fondo mi alma lleva un tierno secreto solitario y perdido, que yace reposado; mas a veces, mi pecho al tuyo respondiendo, como antes vibra y tiembla de amor, desesperado. Ardiendo en lenta llama, eterna pero oculta, hay en su centro a modo de fúnebre velón, pero su luz parece no haber brillado nunca: ni alumbra ni combate mi negra situación. ¡No me olvides!... Si un día pasaras por mi tumba, tu pensamiento un punto reclina en mí, perdido... La pena que mi pecho no arrostrara, la única, es pensar que en el tuyo pudiera hallar olvido. escucha, locas, tímidas, mis últimas palabras -la virtud a los muertos no niega ese favor-; dame... cuanto pedí. Dedícame una lágrima, ¡la sola recompensa en pago de tu amor!...


CUANDO NOS SEPARAMOS Cuando nos separamos en silencio y con lágrimas, con el corazón medio roto, para apartarnos por años, tu mejilla se tornó pálida y fría y tu beso aún más frío... Aquella hora predijo en verdad todo este dolor. El rocío de la mañana resbaló frío por mi frente y fue como un anuncio de lo que ahora siento. Tus juramentos se han roto y tu fama ya es muy frágil; cuando escucho tu nombre comparto su vergüenza. Cuando te nombran delante de mí, un toque lúgubre llega a mi oído y un estremecimiento me sacude. ¿Por qué te quise tanto? Aquellos que te conocen bien no saben que te conocí: Por mucho, mucho tiempo habré de arrepentirme de ti tan hondamente, que no puedo expresarlo. En secreto nos encontramos, y en silencio me lamento de que tu corazón pueda olvidar y tu espíritu engañarme. Si llegara a encontrarte tras largos años, ¿cómo habría de saludarte? ¡Con silencio y con lágrimas! EN UN ÁLBUM Sobre la fría losa de una tumba un nombre retiene la mirada de los que pasan, de igual modo, cuando mires esta página, pueda el mío atraer tus ojos y tu pensamiento. Y cada vez cada vez que acudas a leer este nombre, piensa en mí como se piensa en los muertos; e imagina que mi corazón está aquí, inhumado e intacto.
HUBO UN TIEMPO...¿RECUERDAS? Hubo un tiempo... ¿recuerdas? su memoria Vivirá en nuestro pecho eternamente... Ambos sentimos un cariño ardiente; El mismo, ¡oh virgen! que me arrastra a ti. ¡Ay! desde el día en que por vez primera Eterno amor mi labio te ha jurado, Y pesares mi vida han desgarrado, Pesares que no puedes tú sufrir; Desde entonces el triste pensamiento De tu olvido falaz en mi agonía: Olvido de un amor todo armonía, Fugitivo en su yerto corazón. Y sin embargo, celestial consuelo Llega a inundar mi espíritu agobiado, Hoy que tu dulce voz ha despertado Recuerdos, ¡ay! de un tiempo que pasó. Aunque jamás tu corazón de hielo Palpite en mi presencia estremecido, Me es grato recordar que no has podido Nunca olvidar nuestro primer amor. Y si pretendes con tenaz empeño Seguir indiferente tu camino... Obedece la voz de tu destino Que odiarme puedes; olvidarme, no. LA DESTRUCCIÓN DE SENAQUERIB BAJARON los asirios como al redil el lobo : brillaban sus cohortes con el oro y la púrpura ; sus lanzas fulguraban como en el mar luceros, como en tu onda azul, Galilea escondida. Tal las ramas del bosque en el estío verde, la hueste y sus banderas traspasó en el ocaso: tal las ramas del bosque cuando sopla el otoño, yacía marchitada la hueste, al otro día. Pues voló entre las ráfagas el Angel de la Muerte y tocó con su aliento, pasando, al enemigo: los ojos del durmiente fríos, yertos, quedaron, palpitó el corazón, quedó inmóvil ya siempre. Y allí estaba el corcel, la nariz muy abierta, mas ya no respiraba con su aliento de orgullo: al jadear, su espuma quedó en el césped, blanca, fría como las gotas de las olas bravías. Y allí estaba el jinete, contorsionado y pálido, con rocío en la frente y herrumbre en la armadura, y las tiendas calladas y solas las banderas, levantadas las lanzas y el clarín silencioso. Y las viudas de Asur con gran voz se lamentan y el templo de Baal ve quebrarse sus ídolos, y el poder del Gentil, que no abatió la espada, al mirarle el Señor se fundió como nieve. LA GACELA SALVAJE La gacela salvaje en montes de Judea Puede brincar aún, alborozada, puede abrevarse en esas aguas vivas que en la sagrada tierra brotan siempre; puede alzar el pie leve y con ardientes ojos mirar, en un transporte de indómita alegría. Pies ágiles también y ojos más encendidos aquí tuvo Judea en otros tiempos, y en el lugar del ya perdido gozo, más bellos habitantes hubo un día. Ondulan en el Líbano los cedros, mas se fueron las hijas de Judea, aun más majestuosas. Más bendita la palma de esos llanos que de Israel la dispersada estirpe, pues echa aquí raíces y se queda, graciosa y solitaria: ya su suelo natal no deja nunca y no podrá vivir en otras tierras. Mas nosotros vagamos, agostados, para morir muy lejos: donde están las cenizas de los padres nunca descansarán nuestras cenizas; ya ni un solo sillar le queda a nuestro templo y en trono de Salem se ha sentado la Burla. LA PARTIDA ¡Todo acabó! La vela temblorosa se despliega a la brisa del mar, y yo dejo esta playa cariñosa en donde queda la mujer hermosa, ¡ay!, la sola mujer que puedo amar. Si pudiera ser hoy lo que antes era, y mi frente abatida reclinar en ese seno que por mí latiera, quizá no abandonara esta ribera y a la sola mujer que puedo amar. Yo no he visto hace tiempo aquellos ojos que fueron mi contento y mi pesar; loa amo, a pesar de sus enojos, pero abandono Albión, tierra de abrojos, y a la sola mujer que puedo amar. Y rompiendo las olas de los mares, a tierra extraña, patria iré a buscar; mas no hallaré consuelo a mis pesares, y pensaré desde extranjeros lares en la sola mujer que puedo amar. Como una viuda tórtola doliente mi corazón abandonado está, porque en medio de la turba indiferente jamás encuentro la mirada ardiente de la sola mujer que puedo amar. Jamás el infeliz halla consuelo ausente del amor y la amistad, y yo, proscrito en extranjero suelo, remedio no hallaré para mi duelo lejos de la mujer que puedo amar. Mujeres más hermosas he encontrado, mas no han hecho mi seno palpitar, que el corazón ya estaba consagrado a la fe de otro objeto idolatrado, a la sola mujer que puedo amar. Adiós, en fin. Oculto en mi retiro, en el ausente nadie ha de pensar; ni un solo recuerdo, ni un suspiro me dará la mujer por quien deliro, ¡ay!, la sola mujer que puedo amar. Comparando el pasado y el presente, el corazón se rompe de pesar, pero yo sufro con serena frente y mi pecho palpita eternamente por la sola mujer que puedo amar. Su nombre es un secreto de mi vida que el mundo para siempre ignorará, y la causa fatal de mi partida la sabrá sólo la mujer querida, ¡ay!, la sola mujer que puedo amar. ¡Adiós!..Quisiera verla... mas me acuerdo que todo para siempre va a acabar; la patria y el amor, todo lo pierdo... pero llevo el dulcísimo recuerdo de la sola mujer que puedo amar. ¡Todo acabó! La vela temblorosa se despliega a la brisa del mar, y yo dejo esta playa cariñosa en donde queda la mujer hermosa, ¡ay!, la sola mujer que puedo amar.











Reseña biográficaPoeta inglés nacido en Field Place, Sussex, en 1792.Estudió en Eton College y Oxford, gracias a que nació en el seno de una rica familia aristócrata.Dueño de un temperamento independiente y rebelde, se inclinó desde joven por los temas metafísicos, tratando de encontrar una verdad que se ajustara al agnosticismo que siempre profesó. Por esta razón fue expulsado de Oxford en 1811, y desde entonces, alternó las investigaciones filosóficas con el ejercicio literario produciendo obras como "Himno a la belleza intelectual" y "Mont Blanc".Después de sostener algunas aventuras amorosas, se casó en 1814 y se radicó en Italia donde produjo la parte más importante de su obra, representada especialmente por "La Reforma", "Prometeo liberado", "Oda al viento del Oeste", "Himno de Apolo" y "Adonais" entre otros.Falleció en 1822. ©







Poemas de Percy Bysshe Shelley:
A una alondra
El espíritu del mundo
Filosofía del amor
Himno a la belleza intelectual1. L a sombra de una fuerza incognocible...2. Espíritu, belleza que consagras...3. Ninguna voz de un ámbito sublime...4. Amor, honor, confianza...5. Cuando niño, buscaba yo fasntasmas...6. Hice un voto: a ti ya cuanto es tuyo...7. El día es más sereno y más solemne...
La serenata india
Para Fanny Godwin
Prometeo liberado
Soy como un espíritu que mora...
Su voz tembló cuando nos separamos...
Temo tus besos
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Georgia
A una alondra¡Sé bienvenido, jubiloso espíritu!No fuiste nunca un pájaro,tú, que desde los cielos o cerca de sus lindes,el corazón derramasen profusos acentos, con arte no pensado.Alta, siempre más alta,de la tierra te lanzascomo nube de fuego;por el azul revuelasy cantando, te ciernes y, cerniéndote, cantas.En dorados relámpagosdel sol, ya trasmontado,donde se encienden nubes,flotas tú y te deslizascomo gozo sin cuerpo que empieza su carrera.La tardecita pálida y purpúrea, en tornode tu vuelo se funde:como estrella del cielo,al ser día, invisibleeres tú, pero escucho tu voz dulce y aguda,fina como las flechasde la esfera de plata,cuya viva luz menguaen la blanca alborada,y ya, sin verla apenas, lejana la sentimos.Todo el aire y la tierrade tus trinos se colman:así, en la noche pura,desde una nube sola,derrama luz la luna y se inundan los cielos.No sabemos quién eres.Ya ti más parecido¿qué habrá? De la irisada nube no fluyen nuncagotas tan radiantes,como de tu presencia nos llueven melodías.Así un poeta ocultoen luz de pensamientos,que entona sus canciones,hasta sentir el mundotemores y esperanzas que no advirtiera nunca.Así un alta doncellaen torre de un palacio,que alivia pesadumbresde amor secretamente, con música tan dulcecomo el amor, fluyendo de su estancia.Tal dorada luciérnagaen valle de rocío,que esparce, sin ser vista,aéreos, sus fulgores,entre flores y hierba que a los ojos la ocultan.Cual rosa retiradaentre sus hojas verdes,deshojada por brisastibias, hasta que sienten desmayo, por excesode aroma, sus ladrones de vuelo fatigado.Al son de los chubascosde primavera, en hierbas relucientes,a flores despertadas por la lluvia,a todo lo que hubierede alegre, claro y fresco, tu música aventaja.Dinos, ave o espíritu,tus dulces pensamientos:nunca oí una alabanzadel amor o del vino,que tan divino arrobo, ardiente, derramara.Los coros de Himeneo,los cantos de victoria,junto a los tuyos fueranostentación vacía,aquello en que se siente alguna falla oculta.¿Qué objetos son la fuentede tu feliz gorjeo?¿Qué campos, ondas, montes?¿Qué cielos o llanuras?¿Qué amor de semejantes y qué ignorar de penas?En tu alegría clarano caben languideces;la sombra de la angustianunca a ti se ha acercado;amas y el triste hastío de amor nunca supiste.En vigilia o dormida,pensarás de la muertecosas más ciertas y hondasque nosotros, mortales:si no, ¿cómo brotara tu arroyo cristalino?Miramos antes, luego;lo que no es lloramos:nuestra risa más clarase mezcla con suspiros;da los más dulces cantos nuestro pesar más triste.Mas si hiciéramos burlade orgullo y odio y miedo;si hubiésemos nacidopara no llorar nunca,no sé si llegaríamos tan cerca de tu gozo.Mejor que todo versode sones deliciosos,mejor que las preseasde los libros, tu arteserá para el poeta, ¡tú, que al suelo escarneces!Si un poco me dijerasdel gozo que tú sabes,tal locura armoniosabrotara de mis labios,que, como yo te escucho, el mundo escucharía.
Versión de Màrie Montand

El espíritu del mundoEn lo hondo, muy lejos del borrascoso caminoque la carroza seguía, tranquilo como un infante en el sueño,yacía majestuoso, el océano.Su vasto espejo silente ofrecía a los ojosluceros al declinar, ya muy pálidos,la estela ardiente del carroy la luz gris de cuando el día amanece,tiñendo las nubes, a modo de leves vellones,que entre sus pliegues al alba niña acunaban.Parecía volar la carrozaa través de un abismo, de un cóncavo inmenso,con un millón de constelaciones radiante, teñidode colores sin finy ceñido de un semicírculoque llameaba incesantes meteoros.Al acercarse a su meta,más veloces aún parecían las sombras aladas.No se columbraba ya el mar; y la tierraparecía una vasta esfera de sombra, flotandoen la negra sima del cielo,con el orbe sin nubes del sol,cuyos rayos de rápida luzdividíanse, al paso, más veloz todavía, de aquella carrozay caían, como en el mar los penachos de espumaque lanzan las ondas hirvientesante la proa que avanza.Y la encantada carroza su ruta seguía.Orbe distante, la tierra era yael luminar más menudo que titila en los cielos,y en tanto, en la senda del carro,vastamente rodaban sistemas innúmerosy orbes sin cuento esparcían,siempre cambiante, su gloria.¡Maravillosa visión! Eran curvos algunos, al modo de cuernos,y como la luna en creciente de plata, pendíanen la bóveda oscura del cielo; esparcíanotros un rayo tenue y claro, así Héspero cuando en el marbrilla aún el Poniente, apagándose; más allá se arrojabanotros contra la noche, con colas de trémulo fuego,como esferas que a la ruina, a la muerte caminan;como luceros brillaban algunos, pero, al pasar la carroza,palidecía toda otra luz...
Versión de Màrie Montand

Filosofía del amorLas fuentes se unen con el ríoy los ríos con el Océano.Los vientos celestes se mezclanpor siempre con calma emoción.Nada es singular en el mundo:todo por una ley divinase encuentra y funde en un espíritu.¿Por qué no el mío con el tuyo?Las montañas besan el Cielo,las olas se engarzan una a otra.¿Qué flor sería perdonadasi menospreciase a su hermano?La luz del sol ciñe a la tierray la luna besa a los mares:¿para qué esta dulce tareasi luego tú ya no me besas?Versión de Juan Abeleira
Himno a la belleza intelectual
1. La sombra de una Fuerza incognoscible...
La sombra de una Fuerza incognoscibleflota, aunque incognoscible, entre nosotros;visita este amplio mundo con la mismainconstancia que el viento entre las flores;como un rayo de luna tras un pico turba secreto, imprevisible,el corazón y rostro humanos;como el rumor pausado de la tarde,como una nube en noche clara,como el recuerdo de una música, como aquello que se ama por hermosopero más todavía por ignoto.

2. Espíritu, Belleza que consagras...
Espíritu, Belleza que consagrascon tu lumbre el humano pensamientosobre el que resplandeces, ¿dónde has ido? ¿Por qué cesa tu brillo y abandonaseste valle de lágrimas desierto?¿Por qué el sol no teje por siempreun arco iris en tu arroyo?¿Por qué cuanto ha nacido languidece? ¿Por qué temor y sueño, vida y muerteensombrecen el mundo de este modo?¿Por qué el hombre ambiciona tantoodio y amor, desánimo, esperanza?3. Ninguna voz de un ámbito sublime...
Ninguna voz de un ámbito sublime ha respondido nunca a estas preguntas.Los nombres de Demonio, Espectro y Cielotestimonian este inútil empeño:débiles palabras cuyo encanto no suprimede cuanto aquí vemos y oímos el azar, la duda, lo mudable.Sólo tu luz, cual niebla entre montañaso música que el viento vespertinoarranca de algún tácito instrumentoo cual claro de luna a medianoche, sosiega el sueño inquieto de esta vida.4. Amor, Honor, Confianza, como nubes...
Amor, Honor, Confianza, como nubesparten y vuelven, préstamo de un día.Si el hombre inmortal fuese, omnipotente,Tú -ignoto y sublime como eres- dejarías tu séquito en su alma.Tú, emisario de los afectos,que creces en los ojos del amante;¡Tú que nutres al puro pensamientocual penumbra a una llama que agoniza! No partas cuando al fin llega tu sombra:sin Ti, como la vida y el temor,la tumba es una oscura realidad.
5. Cuando niño, buscaba yo fantasmas...Cuando niño, buscaba yo fantasmasen calladas estancias, cuevas, ruinas y bosques estrellados; mis temerosos pasosansiaban conversar con los difuntos.Invocaba esos nombres que la supersticióninculca. En vano fue esa búsqueda.Mientras meditaba el sentidode la vida, a la hora en que el viento cortejacuanto vive y fecundanuevas aves y plantas,de pronto sobre mí cayó tu sombra.Mi garganta exhaló un grito de éxtasis.
6. Hice un voto: a Ti ya cuanto es tuyo...Hice un voto: a Ti ya cuanto es tuyodedicaría el ser. ¿No ha sido así?Aún hoy, con inquieto pulso, llamoa los turbios espectros que en sus tumbasacompañan mis horas. En fingidos lugares donde aplico mi espíritu al amor o al estudio,han contemplado conmigo la noche.Saben que la alegría no ilumina mi rostrosi no es con la esperanza de que absuelvasal mundo de su oscura esclavitud;de que tú, Terrible Hermosura,concedas cuanto el verso no logra proclamar.7. El día es más sereno y más solemne...
El día es más sereno y más solemnecuando llega la tarde. Y hay un ordenen Otoño y un lustre en su horizonteque el estío prohíbe alojo humanohasta hacernos creer que es imposible.Así pues, deja que tu fuerza-talla naturaleza, cuando joven-provea a mi existencia veniderade sosiego, a mí que te venerocon cuantas formas te contienen,a mí, hermoso Espíritu, a quien disteel temor de sí mismo y amor al ser humano.Versión de Gabriel Insuasti


La serenata indiaIMe levanto desde sueños de tiEn el primer dulce dormir de la nocheCuando los vientos respiran suaveY las estrellas relumbran brillantes:Me levanto desde sueños de ti,Y un espíritu en mis piesMe ha llevado -¿quién sabe cómo?-A la ventana de tu cuarto, ¡Dulce!IILos aires vagabundos desmayanSobre lo oscuro, la corriente silenciosa-Los aromas de Champak caenComo dulces pensares en un sueñoLa queja del ruiseñorMuere sobre su corazónComo yo sobre el tuyo¡Oh, amado como tú lo eres!III¡Oh elévame de la hierba!¡Muero!, ¡Desmayo! ¡Caigo!Deja que tu amor en besos lluevaSobre mis párpados y labios pálidos.Mi mejilla es fría y blanca, ay!Mi corazón late alto y rápido;¡Oh! Apriétalo contra el tuyo de nuevodonde al final se romperá.Versión de Romina Freschi


Prometeo liberadoTú bajaste, entre todas las ráfagas del cielo:al modo de un espíritu o de un pensar, que agolpainesperadas lágrimas en ojos insensibles,o como los latidos de un corazón amargoque debiera tener ya la paz, descendisteen cuna de borrascas; así tú despertabas,Primavera, ¡oh, nacida de mil vientos! Tan súbitate llegas, como alguna memoria de un ensueñoque se ha tornado triste, pues fue dulce algún día,y como el genio o como el júbilo que elevade la tierra, vistiendo con las doradas nubesel yermo de la vida.La estación llegó ya, y el día: esta es la hora;has de venirte cuando sale el sol, dulce hermana:¡llega, al fin, deseada tanto tiempo, y remisa!¡Qué lentos, cual gusanos de muerte los instantes!El punto e una estrella blanca aun tiembla, en lo hondode esa luz amarilla del día que se agrandatras montañas de púrpura: a través de una simade la niebla que el viento divide, el lago oscurola refleja; se apaga; ya vuelve a rutilaral desvaírse el agua, mientras hebras ardientesde las tejidas nubes arranca el aire pálido:¡se pierde! Y en los picos de nieve, como nubes,la luz del sol, rosada, ya tiembla. ¿No se oyela eólica música de sus plumas, de un verdemarino, abanicando al alba carmesí?...
Versión de Màrie Montand

Soy como un espíritu que mora...Soy como un espíritu que mora en lo más hondo del corazón. Siento sus sentimientos, pienso sus pensamientos y escucho las conversaciones más íntimas del alma, la voz que sólo se oye en el rumor de la sangre, cuando el vaivén de los latidos se asemeja al sosegado oleaje del océano estival. He desatado la melodía dorada de su alma profunda y me he zambullido en ella y, como el águila en medio de la bruma y la tormenta, he dejado que mis alas se adornasen con el fulgor de los rayos.

Su voz tembló cuando nos separamos...
Su voz tembló cuando nos separamos, y aunque no supe que su corazón estaba roto hasta mucho después, me fui sin atender las palabras que entonces nos dijimos. ¡Sufrimiento, oh sufrimiento este mundo es demasiado ancho para tí! "
Versión de Gabriel Insuasti


Temo tus besos
Temo tus besos, dulce dama.Tú no necesitas temer los míos;Mi espíritu va tan hondamente abrumado,Que no puede agobiar el tuyo.
Temo tu porte, tus modos, tu movimiento.Tú no necesitas temer los míos;Es inocente la devoción del corazóncon la que yo te adoro.


Vino de hadasMe embriagué de aquel vino de mieldel capullo lunar de zarzarrosa,que recogen las hadas en copas de jacinto:los lirones, murciélagos y toposduermen entre los muros o en la hierba,en el patio desierto y triste del castillo;cuando el vino derraman en la tierra de estíoo en medio del rocío se elevan sus vapores,de alegría se colman sus venturosos sueñosy, dormidos, murmuran su alborozo; pues pocasson las hadas que llevan tan nuevos esos cálices.Versión de Màrie Montand